Ise-Shima, Japón, 26 de mayo, 2016 (Reuters). Los líderes del Grupo de las Siete (G-7) economías más ricas acordaron el jueves en la necesidad de enviar un mensaje más firme sobre los reclamos de soberanía marítima en el Pacífico occidental, donde China está sumida en disputas territoriales con Japón y varias otras naciones del sureste asiático.
El acuerdo llevó a una veloz respuesta de China, que no es un miembro del G-7 pero cuyo ascenso como potencia la ha colocado en el centro de algunas de las discusiones de la cumbre de economías avanzadas que se lleva a cabo en la ciudad de Ise-Shima, en el centro de Japón.
"El primer ministro (japonés, Shinzo) Abe encabezó la discusión sobre la actual situación en el Mar de China Meridional y en el Mar de China Oriental. Otros líderes del G-7 dijeron que es necesario que el grupo envíe una señal más clara", dijo el jefe de Gabinete adjunto de Japón, Hiroshige Seko, a periodistas.
En una rueda de prensa el miércoles por la noche, Abe dijo que Japón acogía el ascenso pacífico de China, pero reiteró la oposición de Tokio a acciones que intenten cambiar el estatus quo a la fuerza e instó a respetar las leyes, principios que se espera sean mencionados en el comunicado al final de la cumbre.
Una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, respondió de inmediato para indicar que el asunto del Mar de China Meridional no tenía "nada que ver" con el G-7 o ninguno de sus miembros.
Estados Unidos también está cada vez más preocupado por las acciones de China en la región. El presidente Barack Obama llamó el miércoles a Pekín a resolver de manera pacífica las disputas y reiteró que Washington sólo estaba atento a que se preserve la libertad de navegación y vuelo en la zona.
El día anterior, la economía global estuvo al tope de la agenda del encuentro, cuando los líderes del G-7 expresaron su inquietud por las economías emergentes y Abe comparó los riesgos actuales con la crisis financiera global del 2008. No todos los asistentes estuvieron de acuerdo.
Pero los líderes del G-7 sí concordaron en la necesidad de contar con gastos más flexibles que ayuden a alentar el crecimiento mundial, aunque dijeron que el momento y los montos dependían de cada país, dijo Seko a periodista, aunque sostuvo que algunos miembros no consideraban que la inyección de fondos fuera urgente.
Gran Bretaña y Alemania se han estado resistiendo a los llamados para aplicar estímulos económicos. Ane presentó datos que mostraron que los precios globales de las materias primas cayeron 55 por ciento entre junio de 2014 y enero del 2016, el mismo margen visto entre julio del 2008 y febrero del 2009, después del colapso de Lehman Brothers.
"Los líderes del G-7 expresaron su percepción de que las economías emergentes están en una situación severa, aunque algunos consideraron que la situación económica no está en crisis", indicó Seko.