ORLANDO, EEUU (Reuters) - Los responsables judiciales de Estados Unidos investigaban el lunes si alguien ayudó al atacante que mató a 49 personas en un club nocturno de Orlando el fin de semana, aunque señalaron que no creen que nadie más vinculado al tiroteo implicara un riesgo actual para la población.
El FBI y otras agencias del Gobierno estadounidense estaban rastreando pruebas dentro y en los alrededores del club gay Pulse de Orlando, donde un joven de 29 años que manifestó lealtad al Estado Islámico perpetró la peor matanza en un tiroteo en la historia de Estados Unidos.
El atacante, Omar Mateen, un ciudadano estadounidense nacido en Nueva York, hijo de inmigrantes afganos y residente de Florida, murió a manos de la policía, que arremetió en el club nocturno el domingo por la mañana con coches blindados después de que el asesino se atrincherase tres horas con rehenes en el lugar.
los responsables dijeron el domingo que la cifra de muertos era 50. El lunes, aclararon que esa cantidad de víctimas fatales incluía a Mateen.
Los peritos judiciales estaban buscando pistas sobre si alguien trabajó junto a Mateen en el ataque, dijo Lee Bentley, fiscal del distrito de Florida.
"Se está investigando a otras personas, estamos trabajando en eso con la mayor diligencia que podemos", añadió Bentley en conferencia de prensa. "Si alguien más está involucrado en este crimen, será procesado".
Los responsables destacaron que creen que no hubo otros atacantes y dijeron que no tenían evidencia de ninguna amenaza actual para la población.
Mateen llamó a los servicios de emergencia durante el tiroteo y manifestó lealtad al líder del grupo radical Estado Islámico, informaron los responsables. Su padre dijo el domingo que su hijo no estaba radicalizado, pero indicó que Mateen tenía fuertes sentimientos homofóbicos. Su exmujer lo describió como una persona mentalmente inestable y violenta.
Estado Islámico (EI) reiteró el lunes su responsabilidad sobre el ataque: "Uno de los soldados del Califato en Estados Unidos llevó a cabo una invasión de seguridad en la que logró entrar en una reunión en un club nocturno para homosexuales en Orlando", dijo el grupo en su estación de radio Albayan.
Pese a que se adjudicó la responsabilidad, esto no necesariamente implica que haya habido coordinación entre el atacante y EI antes de la masacre.
El atacante visitó Arabia Saudí en 2011 y 2012 para peregrinar, dijo un responsable del Interior saudí.
El ataque, denunciado por el presidente Barack Obama como un acto de terror y odio, reactivó el debate sobre cuál es la mejor forma de enfrentar la militancia islámica violenta, un tema prioritario de la campaña presidencial estadounidense de cara a las elecciones generales del 8 de noviembre en el país.
Tanto la presunta candidata demócrata Hillary Clinton como su probable contrincante republicano Donald Trump se pronunciaron sobre el tema el lunes.
Trump ha centrado gran parte de su campaña en endurecer las medidas de seguridad y hasta propuso una prohibición temporal al ingreso de musulmanes al país. El lunes dijo a Fox News que Estados Unidos debía incrementar su campaña militar contra EI como respuesta al tiroteo en Orlando. Clinton, en tanto, señaló que Estados Unidos debe encontrar una forma de mantener seguro al país sin demonizar a los musulmanes-estadounidenses.
La masacre comenzó poco después de las 2 de la mañana del domingo en el club nocturno Pulse, ubicado en el corazón de Orlando, unos 25 kilómetros al noreste del complejo Disney World. Orlando es uno de los destinos turísticos más populares de Estados Unidos, con unos 62 millones de visitantes al año.
Unas 350 personas asistían a un evento de música latina en el club en el momento del ataque, y los supervivientes describieron escenas de carnicería humana cuando el atacante tomó rehenes dentro de un baño del lugar.
El alcalde de Orlando, Buddy Dyer, dijo que 48 de las 49 víctimas habían sido identificadas y que se había notificado ya a casi la mitad de sus familias. El gobernador de Florida, Rick Scott, pidió que Obama declare el estado de emergencia por el ataque, lo que liberaría más recursos federales para ayuda. Reuters