
El ataque en el tercer aeropuerto más ajetreado de Europa es uno de los más letales de una serie de atentados suicidas en Turquía, que forma parte de la coalición liderada por Estados Unidos contra Estado Islámico y lucha por contener los efectos colaterales de la guerra civil en la vecina Siria.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo que el ataque debe servir como un punto de inflexión en la lucha mundial contra el terrorismo, que según declaró golpea "sin considerar la fe ni los valores".

Las imágenes de video mostraban a uno de los atacantes en el interior del edificio de la terminal recibiendo un disparo, al parecer realizado por un oficial de policía, antes de caer al suelo mientras las personas huían. El atacante se inmoló unos 20 segundos más tarde.
"Es un rompecabezas (...) Las autoridades están revisando las imágenes del circuito cerrado de televisión, las declaraciones de los testigos", dijo un funcionario turco.
La agencia de noticias Dogan dijo que las autopsias de los tres atacantes, cuyos torsos quedaron destrozados por las explosiones, fueron completadas y que podrían haber sido extranjeros, sin citar fuentes.

"Existe evidencia inicial de que los tres suicidas con bomba se inmolaron después de abrir fuego", sostuvo, agregando que llegaron al aeropuerto en un taxi y que los hallazgos preliminares apuntan a que el ataque sería responsabilidad de Estado Islámico.
Dos funcionarios estadounidenses familiarizados con las primeras etapas de la investigación dijeron que Estado Islámico está en la parte superior de la lista de sospechosos, a pesar de que aún no hay evidencia de su participación.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad más de 12 horas después del ataque, que comenzó alrededor de las 21.50 hora local (1850 GMT) del martes. Reuters