BIRSTALL, Inglaterra (Reuters) - El hombre de 52 años arrestado por el asesinato de la parlamentaria británica Jo Cox fue descrito por sus vecinos como un solitario silencioso apasionado por la jardinería, mientras que familiares dijeron que tenía un historial de enfermedades psiquiátricas.
El sospechoso, que vivía cerca del lugar donde Cox fue baleada y apuñalada, fue mencionado por medios británicos como Thomas, o Aún no se han presentado cargos por el hecho.
Su vecina Diana Peters, de 65 años, dijo a Reuters que conocía a Mair desde que era niño y que nunca había tenido visitas.
"Estoy totalmente devastada. No quería creerlo. Me ha ayudado mucho. Cualquier cosa que le pidiera que hiciera, la hacía con muy buena disposición y a veces sin necesitar que yo lo pidiera", comentó.
Mair enseñó inglés a extranjeros en la comunidad local por varios años y fue criado por sus abuelos, reveló la vecina, y agregó que la madre del sospechoso vive ahora en un asilo de ancianos local.
El diario The Guardian publicó que la policía está investigando las afiliaciones políticas de Mair tras reportes de testigos que afirmaron que el sospechoso gritó "Gran Bretaña primero" cuando perpetró el ataque. El Reino Unido realizará un referendo el 23 de junio para decidir si permanecerá o abandonará la Unión Europea.
También había reportes, que Reuters no ha logrado verificar en forma independiente, que vinculan a Mair con grupos de derecha en Estados Unidos y Sudáfrica.
El medio hermano de Mair, Duane St Louis, de 41 años, dijo al canal de televisión ITV que creía que Mair "no dañaría ni a una mosca", según la Asociación Británica de Prensa.
"Nunca ha expresado opiniones sobre Gran Bretaña, o tendencias políticas o racistas. Soy de raza mezclada y soy su medio hermano, (y) nos llevamos bien", declaró al diario The Sun.
"Tiene un historial de enfermedad psiquiátrica, pero ha tenido tratamiento", afirmó su hermano Scott Mair, citado por The Guardian. Vecinos citados por medios locales describieron a un hombre que vivió en la misma casa por décadas y que ayudaba a los vecinos a mantener sus jardines.
The Guardian citó a otra residente, que solicitó el anonimato, que dijo que Mair nunca había tenido problemas con la policía, que "prácticamente vivía en la biblioteca" y que le gustaba escribir sus propias historias. "Estaba obsesionado con los libros. Su casa está llena de ellos", aseguró. Reuters