ESTAMBUL/ANKARA (Reuters) - Un intento de golpe militar parecía desmoronarse durante la mañana del sábado, luego que multitudes respondieron al llamado del presidente Tayyip Erdogan para salir a las calles a apoyarlo y de que decenas de rebeldes abandonaron sus tanques en Estambul.
Al menos 60 personas murieron por la violencia que surgió luego que el viernes una facción de las Fuerzas Armadas intentó hacerse con el poder, dijeron funcionarios.
Un derrocamiento de Erdogan, que ha gobernado Turquía desde el 2003, pudo ser uno de los mayores cambios de poder en Oriente Medio en años y un giro de uno de los aliados más importantes de Estados Unidos en la región, justo cuando la guerra hace estragos en su frontera. Pero incluso el fracaso del intento de golpe de Estado puede desestabilizar a un país clave en el área.
Erdogan, quien estaba de vacaciones en la costa cuando comenzó el golpe, voló antes del amanecer del sábado a Estambul, donde la televisión lo mostró en medio de un torrente de seguidores fuera del aeropuerto de la ciudad, que los rebeldes no consiguieron retener.
El levantamiento fue "un acto de traición" y los responsables pagarán un alto precio, dijo luego a periodistas el mandatario en una improvisada conferencia de prensa. Oficiales estaban siendo arrestados, incluso de alto rango, lo que culminará una limpieza del ejército, agregó.
Funcionarios informaron más tarde de la remoción de cinco generales y 29 coroneles, además del arresto de 754 miembros de las Fuerzas Armadas.
En una alocución a miles de partidarios que ondeaban banderas en el aeropuerto, Erdogan dijo que su gobierno seguía al mando del país, pese a que aún había disturbios en Ankara.
No obstante, en un comunicado enviado por correo electrónico militares turcos de la facción rebelde, que se hace llamar Movimiento Paz en Casa, dijeron que estaban decididos a seguir luchando.
Soldados rebeldes que se hicieron con el control de aeronaves militares seguían disparando desde el aire, mientras aviones de combate se reunían para interceptarlos, dijo el primer ministro Binali Yildirim, lo que destacaba la incertidumbre que aún se percibía.
Disparos y explosiones sacudieron las dos principales ciudades del país, Estambul y la capital Ankara, en una noche de caos en que soldados ocuparon posiciones en ambas y ordenaron a la televisión que leyera un comunicado en que declaraban que habían tomado el poder.
Pero temprano el sábado, periodistas de Reuters vieron a unos 30 soldados que participaban del golpe entregar sus armas tras ser rodeados por policías en la plaza Taksim, en el centro de Estambul.
Más tarde, unos 50 soldados que participaban del golpe se rindieron en uno de los puentes que cruza el Estrecho del Bósforo en Estambul, con sus manos en alto y dejando abandonados sus tanques. Testigos de Reuters vieron como partidarios del Gobierno atacaban a los soldados que se deponían las armas.
Funcionarios dijeron que las fuerzas progubernamentales habían retomado el control de los cuarteles generales del ejército, pese a que persistía una pequeña resistencia rebelde la mañana del sábado.
LEGISLADORES ESCONDIDOS
El golpe comenzó con aviones y helicópteros sobrevolando Ankara y tropas cerrando los puentes sobre el Bósforo que unen a Asia y Europa en Estambul.
En la mañana del sábado, legisladores aún estaban escondidos en refugios dentro del edificio del Parlamento en Ankara, que fue bombardeado por tanques. Un diputado opositor dijo a Reuters que la sede recibió tres impactos y que había heridos.
Un funcionario turco dijo más tarde que los ataques al Parlamento prácticamente habían cesado.
Un comandante del Ejército informó que aviones de combate derribaron un helicóptero utilizado por los golpistas en Ankara. La agencia de noticias estatal Anadolu dijo que 17 policías murieron en el cuartel central de las fuerzas especiales.
A medida que la noche avanzaba, las cosas se volvían en contra de los rebeldes. Multitudes en Estambul y Ankara desafiaron las órdenes de los líderes del intento de golpe de permanecer en las casas y salieron a las calles y plazas ondeando banderas y cantando.
"Tenemos un primer ministro, tenemos un comandante en jefe, no le vamos a dejar este país a unos degenerados", gritaba un partidario del gobierno subido sobre un tanque cerca del aeropuerto Ataturk de Estambul.
Erdogan y otros funcionarios turcos culparon del intento de golpe a seguidores de Fethullah Gulen, un influyente clérigo que se autoexilió en Estados Unidos y que en algún momento respaldó a Erdogan. La Alianza de Valores Compartidos, que apoya a Gulen, dijo que condenaba una intervención militar en la política local.
RESPALDO DE EEUU
Estados Unidos declaró que respaldaba al Gobierno de Erdogan. El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo que habló por teléfono con el ministro de Exteriores turco y destacó "el absoluto respaldo al Gobierno civil turco democráticamente electo".
Turquía, un miembro de la OTAN con la segunda mayor fuerza militar de la alianza occidental, es uno de los aliados más importantes de Estados Unidos en la lucha contra el grupo insurgente Estado Islámico.
"Turquía es un aliado clave de la Unión Europea. La UE apoya por completo al gobierno elegido democráticamente, a las instituciones del país y el estado de derecho", dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en una cumbre en Mongolia.
En las primeras horas del intento de golpe los aeropuertos fueron cerrados y se restringió el acceso a las redes sociales en Internet.
Los soldados tomaron el control de la televisión estatal TRT, que anunció un toque de queda en todo el país y el estado de sitio. Un presentador leyó un comunicado sobre las órdenes de los militares que acusaron al Gobierno de socavar la democracia y el estado de derecho laico. El país sería gobernado por un "consejo de paz" que garantice la seguridad de la población, agregó el comunicado.
Poco después TRT salió temporalmente del aire y retomó sus transmisiones en las primeras horas del sábado.
CELEBRACIONES EN DAMASCO
El país da un importante respaldo a los opositores al presidente sirio, Bashar al-Assad, en la guerra civil que enfrenta Siria y ha albergado a unos dos millones de refugiados sirios.
En la capital Damasco se escucharon disparos a modo de celebración luego de que se divulgaron reportes de que Erdogan había sido derrocado. La gente salió a la calle a festejar en varias ciudades controladas por el Gobierno.
Turquía ha estado en guerra con los separatistas kurdos y ha sufrido numerosos ataques con bombas y disparos este año, incluyendo un atentado hace dos semanas perpetrado por islamistas en el principal aeropuerto de Estambul que dejó más de 40 muertos.
El país ha disfrutado de una bonanza económica desde que Erdogan asumió como primer ministro en 2003, para ser electo luego presidente en 2014, y su influencia en la región ha aumentado. Sin embargo, los opositores dicen que el gobierno se ha vuelto cada vez más autoritario. Reuters