BRASILIA (Reuters) - El juicio político a la suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en el Senado dio paso a una competencia de gritos entre sus partidarios y opositores políticos durante su segundo día el viernes, lo que obligó a una pausa de dos horas en el proceso.
El juez de la Corte Suprema de Brasil Ricardo Lewandowski, que preside la fase final de un largo proceso que ha paralizado a la política brasileña desde diciembre, suspendió la sesión después de que el presidente del Senado, Renan Calheiros, no pudo detener la discusión. El juicio continuó después de almuerzo.
Simpatizantes y opositores de Rousseff intercambiaron insultos en una agitada sesión que mostró que la antesala a una votación final prevista para el miércoles por la mañana estará cargada de tensión.
"Este juicio político se ha convertido en un manicomio", comentó Calheiros, que llamó a la calma. Sin embargo, el propio Calheiros provocó otra discusión al criticar a Gleisi Hoffmann, una senadora del Partido de los Trabajadores de Rousseff, por decir que el Senado carecía de autoridad moral para juzgar a la presidenta de izquierda.
Se prevé que el juicio culmine en la remoción de Rousseff del cargo de presidenta, poniendo fin a 13 años de dominio del Partido de los Trabajadores. Si eso sucede, su vicepresidente, Michel Temer, será confirmado como presidente durante el resto de su mandato hasta 2018.
Temer ha sido presidente interino desde mediados de mayo, cuando Rousseff fue suspendida después de que el Congreso resolvió continuar con el proceso de juicio político que comenzó en la Cámara baja.
Sus opositores necesitan 54 votos, o dos tercios de los 81 escaños del Senado, para condenarla por violar leyes presupuestarias. Un sondeo del diario O Estado de S.Paulo publicado el viernes mostró que 54 senadores están a favor de su salida, que 18 se oponen a eso y que 14 están indecisos o no dijeron si estaban a favor o en contra. Titulares | Reuters