Washington, 4 de noviembre, 2016 (Reuters). Las autoridades federales y locales de Estados Unidos están redoblando las medidas de seguridad contra potenciales ataques electrónicos a los sistemas de votación para las elecciones presidenciales del martes, pero no prevén actos de violencia.
La amenaza de ataques cibernéticos y la posibilidad de choques violentos ensombrecen la ya difícil campaña entre la candidata demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, en medio de temores de que Rusia o algún otro actor externo intente complicar la votación.
Todos los estados menos dos aceptaron ayuda del Departamento de Seguridad Nacional para controlar los sistemas de votación y lidiar con posibles vulnerabilidades, dijo un funcionario.
Ohio pidió protección de la unidad cibernética de la Guardia Nacional, mientras que el jueves autoridades de Arizona se reunieron con sus agencias locales y el FBI para discutir posibles amenazas.
Expertos de seguridad y autoridades estadounidenses dicen que las posibilidades de un ataque de hackers que altere las elecciones son remotas, en parte porque las máquinas de votación no están conectadas a internet. Pero el FBI emitió un alerta en agosto para los estados tras detectar violaciones en las bases de datos de votantes en Arizona e Illinois.
Funcionarios de inteligencia no identificados dijeron a NBC News que no hay amenazas específicas sobre un ataque para el martes, pero remarcaron que están preocupados por la posibilidad de que hackers de Rusia o algún otro país intenten complicar el proceso diseminando información falsa a través de la manipulación de las redes sociales como Facebook o Twitter.
En tanto, la posibilidad de actos de violencia el día de la elección ha ido creciendo. Una cantidad sin precedentes de grupos armados en varios puntos del país ha dicho que controlará los centros de votación en busca de señales de fraude.
Pero autoridades locales consultadas por Reuters en varios estados —Ohio, Pensilvania, Arizona, Wisconsin y Florida— dijeron que no incrementarán el personal de seguridad respecto al movilizado en la elección presidencial de 2012.