Kaneohe Bay, Hawaii (AP). Durante ocho años, Barack Obama ha dirigido un Ejército que combate en varios escenarios del mundo, convirtiéndose en el único presidente de la historia de Estados Unidos en completar dos legislaturas con la nación en guerra. El domingo quiso rendir homenaje a los hombres y mujeres que se han sacrificado durante ese tiempo, en batallas que continuarán más allá de su mandato.
Había un toque de nostalgia en la última visita navideña de Obama a las tropas estadounidenses, y también algo de solemnidad. El presidente, que pasó la Nochebuena llamando a tropas que sirven en el extranjero, señaló que mientras los estadounidenses celebran las fiestas, las tropas estadounidenses sirven en lugares peligrosos y remotos como Irak y Afganistán.
Algunos realizaban misiones contra el grupo extremista Estado Islámico, incluso en el día de Navidad, señaló.
"Pese a lo duro que es estar desplegado, la gente aquí en Estados Unidos, en casa, comprende que cada día que ustedes sirven, están luchando por nuestra libertad", dijo el presidente, con la primera dama, Michelle Obama, a su lado.
Obama ha convertido en una tradición en pasar algo de tiempo en Navidad en la base Hawaii de infantes de marina, cerca de la casa arrendada en la que él y su familia se han alojado en los inviernos lejos de casa. El presidente habló ante unos cientos de militares de uniformes sentados en mesas, muchos con sus familias, en un gran salón donde se celebraba su comida de Navidad.
"Sólo quiero que todos ustedes sepan que servir como su comandante en jefe ha sido el privilegio de mi vida", dijo Obama.
A pesar de que no volverá a dirigirse a ellos como presidente, señaló, quería transmitir que como ciudadano particular "mi gratitud a ustedes permanecerá". Y añadió que su esposa sentía lo mismo.
"Nuestro compromiso a estar con ustedes a cada paso del camino, eso no acabará", afirmó.
Obama se presentó a la presidencia hace ocho años como alguien que se oponía a la guerra en Irak y después heredó conflictos allí y en Afganistán. Aunque declaró el fin de las misiones de combate de Estados Unidos en ambos países y redujo de forma drástica la participación estadounidense en esos conflictos, unos 8,400 soldados siguen en Afganistán y 5,000 en Irak.
El presidente deja el cargo en enero con el Ejército estadounidense combatiendo también en Yemen, Siria, Somalia y Libia. La brutal guerra civil en Siria no da visos de amainar.
Sin embargo, en su despedida a las tropas de Hawaii, Obama terminó con un tono más ligero señalando que podría no ser su último adiós.
"Entiendo que como expresidente aún tendré algo de rango", dijo. "De modo que sigo pudiendo utilizar el gimnasio de la base y, por supuesto, la pista de golf".