Las manifestaciones de protesta continúan hoy en varias zonas de esta capital, pese a la decisión del gobierno de derogar el polémico decreto sobre la despenalización de varios delitos “no graves” de corrupción en Rumania.
Cerca de 12 mil personas se mantenían esta noche (tiempo local) concentrados en la Plaza de la Victoria, frente a la sede de gobierno, al igual como lo han venido haciendo en los últimos seis días, según un reporte de la agencia de noticias AGERPRES.
El gobierno del primer ministro, Sorin Grindeanu, quien asumió el cargo a principios de mes, emitió el martes pasado por la noche un decreto que despenalizaba los casos de corrupción considerados como “menores”, cuando causen pérdidas al Estado por debajo de los 44 mil euros.
El decreto generó una ola de críticas dentro y fuera del país, incluido al presidente, Klaus Iohannis, quien pidió la intervención del Tribunal Constitucional para revocar el decreto, además de provocar las mayores protestas desde la caída del comunismo en Rumania en 1989.
Los manifestantes se mantienen alrededor de la Plaza de la Victoria, que ha sido cerrada por completo al tráfico, pese a que el gobierno rumano aprobó una ordenanza de emergencia para derogar la modificación del Código Penal y el Código de Procedimiento Penal.
"Hoy, la Junta de Gobierno aprobó el proyecto de Ordenanza de emergencia para la abrogación de la Ordenanza Nº 13/2017 para la modificación y adición de ley Nº 286/2009, en el Código Penal y Ley Nº 135/2010, en el Código de Procedimiento Penal”, apuntó el poder Ejecutivo.
En un comunicado, la Junta de Gobierno destacó que el primer ministro pidió cubrir todas las etapas para tener un proyecto de ley en concordancia con las decisiones del Tribunal Constitucional, las directivas europeas, el Código Penal y el Código de Procedimiento Penal.
En declaraciones a la prensa, el propio Grindeanu anunció este domingo, tras una reunión de emergencia con su gabinete, la derogación del polémico decreto para despenalizar delitos de corrupción, a fin de que el país no se divida y confió en que la calma regrese a Rumania.
Sin embargo, los manifestantes siguen firmes en mantener su protestas callejeras y exigir la dimisión del primer ministro, acusado de proteger al jefe del Partido Socialdemócrata (PSD), Liviu Dragnea, quien es juzgado por empleos ficticios.
"Todavía hay mucha corrupción en el gobierno, en el senado, por todas partes. No podemos más (...) Queremos dirigentes competentes que gobiernen para el pueblo, no para ellos mismos y sus cuentas bancarias", afirmó uno de los manifestantes presentes en la Plaza de la Victoria. Notimex