Washington, 28 jul (EFE).- El embajador estadounidense en Moscú, John F. Tefft, expresó hoy su "rotunda decepción" y protestó por la orden del Gobierno ruso que obliga a Washington a recortar el número de diplomáticos estadounidenses en Rusia y dejar de usar dos de los inmuebles que utiliza en el país.
"Hemos recibido la notificación del Gobierno ruso. El embajador Tefft ha expresado su fuerte decepción y ha protestado" ante Moscú, afirmó hoy a Efe una fuente del Departamento de Estado de EE.UU., que pidió el anonimato.
La agencia rusa Interfax aseguró que la orden afectaría a "cientos" de estadounidenses que deberían abandonar Rusia, pero la fuente diplomática de Washington no quiso confirmar ese extremo, al asegurar que la política del Departamento de Estado es "no comentar sobre el número de personas" que hay en sus embajadas y consulados.
Preguntada por si Estados Unidos planea cumplir con la orden rusa, la fuente dijo no tener más comentarios que hacer por el momento.
El Ministerio de Exteriores ruso ordenó hoy al Gobierno estadounidense que, a partir del 1 de septiembre, reduzca el número de diplomáticos y colaboradores que trabajan en su embajada en Moscú y en los consulados de San Petersburgo y otras ciudades, hasta el mismo número que el personal diplomático ruso en EE.UU.
Eso implica recortar la plantilla diplomática, técnica y de apoyo de las misiones de Estados Unidos en Rusia hasta dejarla en 455 personas, según informó Moscú.
Además, el Ministerio de Exteriores ruso anunció que desde el próximo 1 agosto la Embajada de EE.UU. no podrá utilizar unos almacenes en la capital rusa ni tampoco la mansión de que dispone en Serebrianyi Bor, una elitista zona de descanso en Moscú.
Esa última medida parece responder a las sanciones impuestas en diciembre por el entonces presidente Barack Obama, por las que se privó al Gobierno ruso del uso de dos mansiones en Maryland y Nueva York que supuestamente se habían usado para espionaje.
El anuncio de Rusia se produce al día siguiente de que el Congreso estadounidense concluyera el proceso de votación de un proyecto de ley que endurece las sanciones contra Rusia, debido a su supuesta interferencia en las elecciones, sus acciones en Ucrania y en Siria, y sus violaciones de derechos humanos.
La Casa Blanca no ha dado aún una respuesta definitiva sobre si el presidente estadounidense, Donald Trump, firmará el proyecto de ley, aunque el abrumador apoyo que ha recibido el texto en ambas cámaras del Congreso significa que el legislativo podría invalidar un veto del mandatario si éste decidiera imponerlo, y la ley entraría en vigor pese a su oposición.
El proyecto de ley limitaría la capacidad de Trump de levantar las sanciones a Rusia sin el visto bueno del Congreso, algo que ha incomodado a la Casa Blanca, que ha presionado durante semanas a los legisladores para que respeten la flexibilidad del presidente en su intento de enderezar las relaciones con Moscú.
El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, denunció hoy que Estados Unidos utiliza la política de sanciones para "intimidar al mundo" y advirtió de que Moscú no excluye ninguna medida para "hacer entrar en razón a los desaforados rusófobos que marcan la pauta en el Capitolio". EFE