VERSALLES/PARÍS, Francia (Reuters) - El nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo el lunes al parlamento que buscará la aprobación directa de los votantes mediante un referendo si no aprueban sus reformas institucionales lo suficientemente rápido.
Elegido hace solo dos meses atrás con una sólida mayoría, Macron dijo a los legisladores de ambas cámaras, reunidos en una ceremonia especial en el Palacio de Versalles, que quiere reducir el número de parlamentarios en un tercio y el papel del Ejecutivo en el nombramiento de magistrados, así como introducir una "dosis" de representación proporcional.
Aunque el partido de Macron, La República en Marcha, logró una cómoda mayoría en la Asamblea Nacional, el líder francés más joven desde Napoleón dejó clara su impaciencia para completar la reforma del panorama político que ha comenzado.
"El pueblo francés no está movido por una curiosidad paciente, sino por una exigencia inflexible. Esperan una profunda transformación", comentó Macron a la sesión conjunta parlamentaria, convocada especialmente en Versalles.
"Quiero hacer todas las profundas reformas que nuestras instituciones necesitan en el plazo de un año. Estas reformas irán al Parlamento pero, si es necesario, las someteré a los votantes mediante un referéndum", agregó.
Macron, cuya plataforma centrista pasó por encima de los partidos tradicionales gubernamentales de izquierda y derecha, no es el primer líder francés que convoca el Congreso de ambas cámaras, aunque los presidentes anteriores tendían a hacerlo en tiempos de crisis o para reformas constitucionales.
Los asesores de Macron habían dicho que, al reunir a los 925 legisladores del parlamento en el palacio del siglo XVII construido a las afueras de París por Luis XIV -el "Rey Sol"-, el mandatario buscaba restaurar la antigua grandeza de su cargo.
El mismo Macron dijo que planea una presidencia "jupiteriana", en referencia a una figura remota y solemne a la imagen del dios de dioses romano, que pondera con cuidado sus escasas intervenciones. Esta manera de gobernar marca una ruptura con el impopular y a veces ridiculizado estilo de "hombre común" de su predecesor, Francois Hollande. Macron