Moscú, 4 nov (EFE).- Decenas de ultranacionalistas fueron detenidos hoy en Moscú durante la llamada Marcha Rusa que coincidió con la fiesta nacional del Día de la Unidad del Pueblo, marcada este año por el centenario de la Revolución Bolchevique de 1917 que se celebra dentro de tres días.
Hace años que activistas ultraconservadores y xenófobos marchan por la capital cada 4 de noviembre para exigir, entre otras cosas, una "Rusia para los rusos", pero hoy decidieron suspender el acto después de que la policía registrara los domicilios de algunos de sus líderes.
El motivo oficial de la suspensión, sin embargo, fue que se les prohibió portar carteles durante el acto, que, según la emisora Eco de Moscú, logró reunir a casi 2.000 personas en el periférico barrio de Liublinó, antes de ser cancelada.
Pese a todo, la policía detuvo a decenas de activistas que habían acudido a la convocatoria: entre 25 y 70, de acuerdo con los organizadores, y unos treinta, conforme a un portavoz de las fuerzas del orden citado por la agencia TASS.
Horas antes, Iván Beletski, copresidente del Partido de los Nacionalistas, y Yuri Gorski, activista del movimiento Nueva Oposición, ambas organizaciones convocantes de la manifestación, denunciaron que sus domicilios fueron registrados esta mañana local por la policía.
Los dos líderes ultras, investigados por extremismo, se han fugado al extranjero.
La operación policial empezó la víspera, cuando agentes del Ministerio de Interior y del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) detuvieron a varios miembros del movimiento radical Artpodgotovka.
El FSB aseguró este viernes que preparaban acciones violentas y desórdenes públicos para este Día de la Unidad del Pueblo, una festividad nacional sin apenas tradición que ha sustituido las celebraciones de la Revolución Bolchevique.
Al mismo tiempo, unos pocos centenares de nacionalistas participaron en otra Marcha Rusa, convocada por otras organizaciones en otro barrio periférico de Moscú.
La escasa asistencia a los dos actos nacionalistas contrasta con las más de 100.000 personas que acudieron al concierto "Rusia une", con mitin político incluido, celebrado en el renovado estadio Luzhnikí de Moscú y convocado por un organismo oficial.
Muchos moscovitas, sin embargo, denunciaron en redes sociales presiones por parte de instituciones, universidades y empresas públicas para que sus trabajadores, funcionarios y estudiantes acudieran a ese concierto.
"Los habitantes de la capital denuncian que les han prometido libranzas (por ir al acto) y les han amenazado con despidos y recortes salariales si no van", reveló en su web Eco de Moscú.
Algunos medios apuntaron a la posibilidad de que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, acudiría al Luzhnikí para pronunciar un discurso, pero finalmente el mandatario no se salió de su agenda y felicitó a los rusos durante una recepción organizada en el Kremlin.
"El trato cuidadoso y la preocupación hacia la patria, la lealtad a la amistad sincera y el rechazo a cualquier presión externa son los andamios del Estado ruso, nuestro código genético y cultural", dijo Putin durante la recepción.
La idea de la unidad nacional, recalcó, se expresa en el amor, el respeto y el orgullo hacia la patria.
"La unidad y el patriotismo han sido para el pueblo el respaldo más fiable en los años de duras pruebas y a la hora de resolver los grandes objetivos", subrayó Putin, que dejó sin mencionar los cien años de la Revolución Bolchevique a punto de cumplirse.
El Día de la Unidad del Pueblo fue instituido en 2004 y se celebra como fiesta nacional desde 2005, cuando desplazó del calendario festivo al 7 de noviembre, aniversario de la revolución liderada por Lenin.
Precisamente este año se cumple un siglo de ese acontecimiento, pero, pese a su importancia histórica, el Kremlin no ha programado ningún acto oficial para conmemorarlo, por temor a provocar nuevas divisiones entre los rusos.
El 4 noviembre fue elegido porque se considera que tal día de 1612 comenzó la expulsión de los invasores polacos de Moscú, hecho que, para los historiadores rusos, marcó el renacimiento del país como Estado. México :: Mundo