HARARE (Reuters) - Decenas de miles de zimbabuenses llenaron el sábado las calles de Harare, cantando, bailando y abrazando a los soldados en una extraordinaria demostración de euforia por la esperada caída del presidente Robert Mugabe, su líder de los últimos 37 años.
Mugabe, el único gobernante que Zimbabue conoce desde su independencia de Reino Unido en 1980, se ha encerrado en su lujoso complejo ‘Blue Roof’, desde donde ha visto cómo se iba desvaneciendo el apoyo de su partido ZANU-PF, los servicios de seguridad y el pueblo tras la toma de poder militar el miércoles.
En las calles de la capital, los zimbabuenses mostraban su emoción mientras hablaban del cambio político y económico tras dos décadas de represión y dificultades cada vez mayores.
“Estas son lágrimas de alegría”, dijo Frank Mutsindikwa, de 34 años, a Reuters, sosteniendo en alto la bandera de Zimbabue. “Llevo toda mi vida esperando este día. Libres por fin. Por fin somos libres”.
Algunos llevaban pancartas en alto que decían “No a la dinastía Mugabe” y levantaban los puños en señal de libertad. Otros abrazaron a los soldados que tomaron el poder, gritando “¡Gracias! ¡Gracias!” en escenas impensables incluso hace una semana.
“Estos son nuestros líderes ahora”, dijo Remember Moffat, de 22 años, con una imagen del comandante del ejército Constantino Chiwenga y Emmerson Mnangagwa, el ex vicepresidente cuyo despido este mes precipitó la intervención militar.
“Mi sueño es ver un nuevo Zimbabue. En toda mi vida sólo he conocido a este tirano llamado Mugabe”.
El gobernante ZANU-PF instó el viernes a Mugabe a renunciar, según publicó el principal periódico estatal The Herald, en una clara señal de que la autoridad del líder de 93 años se ha evaporado.
Mugabe es admirado por algunos en África como un veterano estadista y héroe anticolonial. Pero muchos más dentro y fuera del país lo ven como un dictador dispuesto a recurrir a la violencia para retener el poder y hundir una economía que en el pasado fue prometedora.
El Herald, habitualmente leal portavoz de Mugabe, dijo que el ZANU-PF en las 10 provincias también estaban pidiendo a la esposa de Mugabe, Grace, cuyas ambiciones para suceder a su marido han indignado a los militares y gran parte del país, a renunciar al partido.
Un alto cargo de ZANU-PF dijo a Reuters que el partido quería que Mugabe se fuera, y que no toleraría que tardara. zimbabuenses