WASHINGTON (AP) — Mike Pompeo prestó juramento el jueves como líder de la diplomacia de Estados Unidos, poco después de que el Senado confirmó su nominación.
El nuevo secretario de Estado inmediatamente se dirigió a Europa en un energético arranque acorde con los problemas que le esperan por parte de Irán y Corea del Norte.
El exdirector de la CIA fue confirmado por el Senado tras una votación de 57 legisladores a favor y 42 en contra, uno de los márgenes más estrechos para el puesto en los últimos años. Cada nominado anterior que fue sometido a una votación en el Senado desde al menos el gobierno de Jimmy Carter recibió 85 o más votos a favor en el Senado, con la excepción del primer secretario de Estado del presidente Donald Trump, Rex Tillerson, quien obtuvo 56 votos.
Pompeo juramentó al cargo frente al juez de la Corte Suprema Samuel Alito, quien también es ítalo-estadounidense. El juez dijo que estaba “orgulloso” de haber presidido la ceremonia. Pompeo dijo en un comunicado difundido por el Departamento de Estado que estaba “contento” de fungir como el diplomático más importante de Estados Unidos.
“Estoy completamente honrado por la responsabilidad y espero servir a los estadounidenses y ponerme a trabajar de inmediato”, indicó Pompeo.
Tras su juramentación, Pompeo se dirigió a la Base de la Fuerza Aérea Andrews, donde un avión del gobierno lo esperaba para trasladarlo a Bruselas para asistir a reuniones en la sede de la OTAN. El personal del Departamento de Estado, desmoralizados después de un tumultuoso primer año del gobierno del presidente Trump, aplaudieron a Pompeo, quien respondió mientras subía al avión con un: “Hola, soy Mike”.
Se espera que Pompeo, un excongresista republicano de Kansas, guíe la política exterior de Trump más hacia la derecha que Tillerson, el ex director general de Exxon Mobil que fue despedido por Trump a través de Twitter el mes pasado.
Pompeo recibe un Departamento de Estado que ha perdido relevancia durante el gobierno de Trump y a un cuerpo diplomático profundamente desalentado por el mandato de Tillerson, quien presionó por recortes presupuestarios y de personal, y evitó las apariciones públicas, mientras dejaba puestos diplomáticos clave con vacantes.
Su confirmación crea una vacante en la CIA que será ocupada, al menos por ahora, por Gina Haspel, la número dos de la agencia de inteligencia. Trump ha nominado a Haspel para reemplazar a Pompeo, pero enfrenta un complicado camino hacia la confirmación. Pompeo