WASHINGTON (AP) — El gobierno de Estados Unidos pidió el martes la renuncia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
“Por la seguridad de toda la gente de Latinoamérica, es hora de que Maduro renuncie”, dijo la embajadora estadounidense ante la ONU Nikki Haley durante un discurso sobre América Latina.
“No estoy segura de cómo haremos eso posible, pero sí sé que no podemos detenernos”, agregó tras su discurso, durante una conferencia organizada por el Consejo de las Américas. “Tenemos que seguir aislando a Maduro hasta que ceda”.
Haley añadió que los habitantes del país sudamericano son “víctimas involuntarias de un narco-estado criminal” y sostuvo que las elecciones del 20 de mayo, en las que Maduro buscará la reelección, serán fraudulentas si carecen de observadores independientes.
La embajada venezolana no ha respondido por el momento a un mensaje que se le dejó en busca de comentarios.
El lunes, el vicepresidente Mike Pence exhortó a los 35 países miembros de la OEA a que suspendan a Venezuela.
Citando cifras de Naciones Unidas, Haley dijo que 1,5 millones de venezolanos han salido de su país desde el 2014, y describió el éxodo como “el desplazamiento de gente más grande en la historia de la región”.
El gobierno venezolano ha rechazado la ayuda internacional, sosteniendo que eso representaría una intervención extranjera. El país sudamericano niega la existencia de una actual crisis humanitaria.
En el mismo evento realizado el martes, el subsecretario de Estado John J. Sullivan anunció un fondo bilateral adicional de 18,5 millones de dólares para apoyar a los venezolanos desplazados en Colombia.
Este nuevo financiamiento se suma a los más de 21 millones de dólares de ayuda humanitaria que Estados Unidos ha dado desde 2017.
Las declaraciones de Haley no se limitaron a Maduro. También describió la situación actual en Venezuela como parte de un modelo que también incluye a Cuba y Nicaragua y que “está comprobado que no funciona para nada”.
La diplomática estadounidense hizo referencia a las recientes manifestaciones callejeras en Nicaragua y pidió al presidente Daniel Ortega que cumpla su promesa de participar en un dialogo nacional, e incluir a la comunidad empresarial, estudiantes y la Iglesia católica.
“Pero hablar no es suficiente”, dijo. “La verdadera prueba será si es que el gobierno de Ortega llegará a satisfacer las exigencias populares de reformas democráticas y transparencia”.
Haley pidió el apoyo de los gobiernos de países vecinos en la lucha contra el autoritarismo.
“No podemos permitir que los últimos opresores que quedan arruinen el hemisferio”, dijo. AP