ANTIGUA, Guatemala (Reuters) - Los países latinoamericanos junto a España y Portugal confirmaron el viernes su apuesta por el multilateralismo en una cumbre regional en Guatemala, en momentos en que Estados Unidos, la mayor potencia económica y militar del planeta, muestra cada vez más señales de proteccionismo.
El presidente Donald Trump ha retirado a su país del Acuerdo de París, la Unesco y el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y ha amenazado con abandonar la Organización Mundial de Comercio (OMC), mientras se encuentra enfrascado en una disputa comercial -de dimensiones mundiales- con China.
Además, ha cuestionado otras alianzas internacionales y ha abandonado algunos tratados comerciales.
Pero no es el único país que va por ese camino: Reino Unido votó a favor de separarse de la Unión Europea, y Rusia y Turquía muestran, cada vez que pueden, su inflexibilidad ante el orden mundial vigente.
“Nos encontramos ante desafíos globales que ningún país puede resolver por separado, la unidad, la cooperación y el multilateralismo no son una opción sino una necesidad”, dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales, durante su intervención.
“Hoy más que nunca necesitamos al sistema multilateral que está siendo atacado y acosado. Debemos defenderlo fortaleciendo los espacios de diálogo e interacción”, agregó.
Bajo el lema “Una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible”, los líderes de los 20 países de América Latina y el Caribe más España y Portugal se reunieron desde el jueves con una agenda multilateral, y enfocados en atender el flujo de migrantes centroamericanos y venezolanos que huyen de la violencia y la difícil situación económica en casa.
América Latina vive su propia versión de la oleada aislacionista, con el deterioro de las crisis en Venezuela y Nicaragua, ambos países con líderes de izquierda que no acudieron a la cumbre.
La situación de ambas naciones -donde la ONU ha denunciado violaciones de derechos humanos- ha dividido a la región entre quienes las apoyan y quienes las reprenden. La tensión ha llevado al desprestigio de la mayoría de las instituciones de integración regional, desde UNASUR a CELAC, pasando por la ALBA y la propia Organización de Estados
Las crisis en Nicaragua y Venezuela han empujado a miles a migrar a otros países de la región, despertando sentimientos xenófobos y roces con la población local.
Miles de nicaragüenses están llegando a Costa Rica y la ONU ha calificado la migración venezolana como una “crisis monumental”. Según el organismo hemisférico, unos 2,4 millones de venezolanos han salido hacia otros países de Latinoamérica desde 2015.
El viernes, en la ciudad colonial de Antigua, los líderes de la región hicieron votos por una migración “segura” y “ordenada”.
“Costa Rica ha experimentado un aumento de las corrientes migratorias y de solicitudes de refugio. Aun frente a la presión económica y frente a voces de odio hemos respondido de una manera ordenada, responsable y solidaria”, recordó el presidente costarricense Carlos Alvarado.
El saliente mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, se hizo eco de los comentarios de su homólogo de Costa Rica al hablar de desafios actuales en momentos en que recorren su país miles de migrantes centroamericanos, que escapan de sus tierras en busca del “sueño americano”.
“Uno de estos desafíos que ha tomado una nueva dimensión en las últimas semanas es el fenómeno de la migración”, aseguró Peña. “Quiero hacer un respetuoso llamado a que todas nuestras naciones se unan al pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular”.
Imagen grupal de los Jefes de Estado y de Gobierno participantes de la XXVI Cumbre Iberoamericana en Antigua, nov 16, 2018. REUTERS/Jose Cabezas Iberoamérica