BAGHOUZ, Siria (AP) — Un convoy de camiones con centenares de civiles a bordo partió el miércoles del último enclave controlado por el grupo extremista Estado Islámico en el este de Siria, indicando un posible final a un estancamiento que ha durado más de una semana.
Un equipo de The Associated Press en Baghouz, un poblado cerca de la frontera iraquí donde el Estado Islámico tiene su último reducto, contó al menos 17 camiones saliendo por el pasillo humanitario utilizado en las últimas semanas para sacar a residentes del último territorio controlado por la milicia radical junto al río Éufrates.
A bordo de los vehículos podían verse a mujeres, niños y hombres, algunos con pañuelos cuadriculados o keffiyehs. Un hombre cargaba una muleta y las mujeres iban vestidas con niqabs, prendas conservadoras negras que cubren sus rostros.
Mustafa Bali, vocero de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) _una milicia respaldada por Estados Unidos que encabezó la lucha contra el Estado Islámico_ confirmó que los camiones estaban sacando a los civiles del enclave.
No estuvo claro de inmediato si en los vehículos también viajaban insurgentes. Se cree que en el enclave habría alrededor de 300 radicales atrincherados, además de varios cientos de civiles.
Bali dijo el martes que comenzaría una operación militar encaminada a expulsar a los extremistas del área si no se rendían, agregando que tal operación se llevaría a cabo después de separar o desalojar a los civiles de los milicianos.
Zana Amedi, comandante de las FDS, dijo que la mayoría de los milicianos que quedan en el enclave están seriamente heridos o enfermos.
El autoproclamado “califato” del Estado Islámico _que alguna vez se extendió a gran parte de Siria e Irak en su punto más álgido en 2014_ se ha reducido a una mancha de tierra en la frontera que comparten ambos países.
Las FDS han rodeado los territorios que le quedan a ISIS durante días, esperando declarar la victoria territorial frente al grupo extremista.