Nueva York, 24 mar (EFE).- La senadora estadounidense Kirsten Gillibrand celebró este domingo su primer gran acto de cara a las primarias demócratas a la Casa Blanca presentándose como la antítesis total de su actual inquilino, Donald Trump.
Gillibrand dejó ya el mensaje muy claro con la elección del escenario, convocando su mitin frente al hotel Trump International de Nueva York, una de las propiedades más emblemáticas del magnate y que ella ve como un "templo a la codicia, la división y la vanidad".
Con el letrero dorado con el nombre de Trump de fondo, la aspirante demócrata a la Casa Blanca atacó sin cesar al presidente, al que acusó de atizar el odio, la división y el miedo.
"Nuestro presidente es un cobarde", clamó Gillibrand, que insistió en que el magnate neoyorquino se esconde detrás de "mentiras y muros" mientras se ceba con los vulnerables y alimenta la división a través del miedo.
"Quiere que piensen que es fuerte. No lo es", insistió Gillibrand, que denunció los ataques del presidente "contra los valores y las instituciones" de la democracia estadounidense.
"El presidente Trump está destrozando el tejido moral de este país", recalcó.
Frente a él, la dirigente demócrata se presentó como la opción del "valor" y de la unión entre todos los estadounidenses y aseguró que nadie ha plantado cara a Trump desde el Senado tanto como lo ha hecho ella.
"Nosotros no construimos muros que son emblema del racismo y del miedo. Nosotros construimos puentes, comunidades y esperanza", aseguró.
En otro claro mensaje a Trump, Gillibrand contó con colectivos que se sienten vilipendiados por el mandatario y estuvo arropada por activistas de los derechos de los inmigrantes, de la comunidad LGTB, representantes de grupos contrarios a las armas y de mujeres que trabajan contra el acoso sexual.
Gillibrand ha sido una de las grandes promotoras del movimiento #MeToo en Washington, entre otras cosas al ser la primera senadora demócrata que exigió la dimisión de su colega de partido Al Franken, acusado de comportamientos inapropiados.
Entre sus promesas, Gillibrand incluyó varias grandes prioridades del ala progresista del Partido Demócrata, desde la necesidad de alejar a las grandes fortunas de la financiación de campañas electorales a la de combatir el "racismo institucional".
También defendió ideas como la sanidad pública, la lucha contra el cambio climático, la refinanciación de deudas de los estudiantes, bajas de maternidad por ley o la legalización de la marihuana, entre otras.
Gillibrand criticó además con dureza la política de seguridad y exterior de Trump, incluida su gestión de la frontera sur y la separación de familias inmigrantes.
"El racismo y el miedo no son una estrategia de seguridad nacional", recalcó.
Gillibrand es parte de una larga lista de candidatos a las primarias demócratas, en la que destacan entre otros el exvicepresidente Joe Biden, los senadores Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Kamala Harris, Cory Booker y Amy Klobuchar, el exalcalde de San Antonio Julian Castro y el excongresista Beto O'Rourke.
Senadora por Nueva York desde 2009, cuando sustituyó a Hillary Clinton, este domingo Gillibrand recordó cómo comenzó su carrera siendo capaz de hacerse con un asiento en el Congreso en un distrito fuertemente republicano y cómo ha defendido en todo momento posturas progresistas en el Senado.
La política, de 52 años, llevaba meses explorando una posible candidatura a las primarias demócratas, que finalmente hizo oficial el pasado 17 de marzo con un video titulado "Brave Wins" (La valentía gana).
Por ahora, las primeras encuestas la sitúan muy lejos de los candidatos más populares, que parecen ser Biden, Sanders y Harris. EFE USA