París, 5 abr (EFE).- El G7 ha decidido actuar contra el riesgo de dispersión de los combatientes extranjeros que fueron a luchar con grupos yihadistas en Siria e Irak, aunque mantiene diferencias en si es preferible que se queden allí o repatriarlos a sus países de origen.
Los ministros del Interior de los siete países más ricos, reunidos este viernes en París, acordaron una batería de medidas para reforzar el seguimiento de esos terroristas y de sus familias, como dispositivos para identificarlos con sus datos biométricos cuando intenten viajar o reforzar los controles fronterizos.
En sus conclusiones, alertaron de que si la situación se deteriora en la región no se puede descartar que intenten infiltrarse en nuevos flujos de inmigrantes en dirección de los países vecinos o de Europa.
"La explotación de esos flujos -señalaron- podría hacer pesar una amenaza terrorista grave sobre todos los países del G7 e incluso más allá".
El anfitrión del encuentro, el ministro francés del Interior, Christophe Castaner, reiteró en la conferencia de prensa final la postura de París en favor de que los yihadistas franceses sean juzgados en Siria e Irak, donde cometieron sus crímenes, y en el caso de sus hijos, examinar su situación "caso por caso".
La representante estadounidense, Claire Grady, prefirió que sean repatriados a sus países de origen para ser juzgados y conseguir así que pasen un largo periodo entre rejas.
Los países del G7 (Estados Unidos, Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia, Japón y Canadá) adoptaron otro documento sobre inmigración irregular centrado en la lucha contra las redes de traficantes de migrantes, que según sus cálculos ganaron cerca de 7.000 millones de dólares en 2016.
El ministro italiano y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, se jactó de decir que su país ha sido "pionero" en la posición ahora compartida por el resto de considerar que algunas ONG dedicadas al rescate de inmigrantes son "cómplices de los traficantes".
"¡Italia no está sola!", subrayó con satisfacción Salvini.
Castaner le respondió indirectamente y le recordó que desde julio de 2017, antes de que Salvini llegara al Gobierno, los países europeos habían establecido un código de conducta para las ONG, y reconoció que han constatado que algunas de ellas han incurrido en "una real colusión" con grupos de traficantes con los que estaban en contacto.
Más allá de esas fricciones, los miembros del G7 consensuaron medidas volcadas en los países de origen y de tránsito de los migrantes para impedir que se vayan.
Se trata sobre todo de ayudas a las fuerzas del orden y a los guardacostas, pero también una política de "retorno forzado" de los sin papeles como instrumento "disuasorio", según el ministro francés.
Los titulares de Interior se reunieron además el jueves con representantes de Google, Twitter, Facebook y Microsoft para abordar cómo impedir que internet se use con fines terroristas y extremistas, tras las denuncias generalizadas por la difusión en directo en las redes del atentado de Christchurch (Nueva Zelanda), el pasado 15 de marzo, en el que fueron asesinadas 50 personas por un supremacista blanco que irrumpió en dos mezquitas provisto de armas automáticas con las que abrió fuego indiscriminadamente.
Castaner destacó que ha habido una evolución de los gigantes de internet y que ahora "son los mismos operadores los que piden una regulación" por parte de los poderes públicos.
El objetivo es retirar cuanto antes imágenes como las de los ataques de Christchurch, así como bloquear contenido de incitación terrorista mediante la aplicación de algoritmos.
Grady dijo estar de acuerdo en la necesidad de cooperar sobre esa cuestión, pero también que Estados Unidos -el país de donde proceden los líderes de la web- cree que hay que promover la innovación en internet. Una forma de mostrar su oposición a la imposición de restricciones.
La abogada británico-libanesa Amal Clooney (izq), acompañada por la ministra de Exteriores canadiense, Chrystia Freeland (dcha), y el titular de Exteriores británico, Jeremy Hunt, hacen una declaración a la prensa en el marco de celebración de la reunión de ministros de Exteriores de los países del G7 este viernes en Dinard (Francia). EFE