DINARD, Francia (Reuters) - Francia dio el viernes una cauta bienvenida a los ministros de Exteriores del Grupo de los Siete a una reunión eclipsada por el desdén del gobierno de Estados Unidos, el caos provocado por el Brexit y meses de protestas antigubernamentales dentro de casa.
Manifestantes pintaron eslóganes contra el presidente Emmanuel Macron en el tranquilo balneario costero de Dinard, donde los ministros tienen previsto reunirse para fijar la agenda de sus líderes antes de la cumbre anual que celebrarán las grandes potencias en agosto.
Un grupo de trabajadores limpiaba los muros llenos de pintadas con frases como “Bancos ladrones”, “Revolución” y “No al G-7”, eslóganes que reflejaban la ira que recorre Francia desde hace más de cinco meses con las protestas antigubernamentales de los denominados “chalecos amarillos”.
Diplomáticos franceses dijeron que han reducido las ambiciones durante su presidencia del club de países ricos, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se distanció de un comunicado conjunto en la cumbre celebrada el año pasado en Canadá y criticó al primer ministro anfitrión, Justin Trudeau.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, no asistirá a la cita y enviará a un colaborador. Un veterano diplomático en París dijo que Pompeo envió un mensaje de que tiene “cosas mejores que hacer”.
Pese a todo, la agenda incluye asuntos importantes que van desde la ciberseguridad y la interferencia extranjera en las democracias, a la lucha contra el tráfico en la región africana del Sahel y la desigualdad.
Junto con Estados Unidos y Francia, el grupo incluye a Reino Unido, Japón, Alemania, Italia, Canadá y la UE. La reunión ministerial busca garantizar que cuando los líderes se reúnan en Biarritz en agosto, compartan un acuerdo genérico.
No obstante, las tensiones entre Washington y sus aliados europeos, sobre todo en lo relativo a comercio, cambio climático y el acuerdo nuclear con Irán, implican que donde una vez hubo un acuerdo genérico ahora se busca un mínimo denominador común. Reuters