Washington, 12 nov (EFE).- El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acude este miércoles a Washington para entrevistarse con Donald Trump y con él regresa el recuerdo de su última visita, en mayo de 2017, que se saldó con once heridos en altercados relacionados con una agresión de 18 miembros de su equipo de seguridad contra manifestantes que protestaban ante la residencia del embajador turco.
La llegada de Erdogan para reunirse este miércoles con Trump en la Casa Blanca se produce poco más de un mes después del anuncio de la retirada de las tropas estadounidenses en el noreste de Siria, lo que propició la invasión de esa región por parte del ejercito turco.
Con motivo de la visita, organizaciones en EE.UU. que representan a las comunidades kurda, armenia y a otras minorías presentes en Siria han convocado el mismo día una manifestación frente a la Casa Blanca.
La memoria de las últimas protestas, durante las que, según se ve en vídeos publicados en las redes sociales, Erdogan se mantuvo impasible observando el enfrentamiento desde la puerta de la residencia consular, sigue muy viva.
En declaraciones a EFE, Aram Suren Hamparian, director ejecutivo del Comité Nacional Armenio en América, una de las entidades convocantes de la nueva manifestación, afirma que los altercados de 2017 demostraron que el mandatario turco tiene "una pase gratuito" en Estados Unidos para "hacer lo que quiera sin ninguna consecuencia".
Algo que vio reflejado en que de las 18 personas que las autoridades afirmaron que estaban relacionadas con las agresiones a los manifestantes, solo cuatro fueron detenidas o procesadas.
Por todo ello, y porque la manifestación de este año aglutinará a "kurdos, griegos, sirios, y muchos grupos cristianos, entre otros", Haram asegura que la protesta de este miércoles será mucho más multitudinaria y diversa que la de hace dos años.
Una heterogeneidad también presente en los motivos para esta convocatoria, tal y como matiza a EFE Stephen Flint,uno de los representantes de la comunidad kurda en EE.UU.
"Erdogan será el foco de las protesta. De todas formas, también queremos transmitir a la Casa Blanca y al Departamento de Estado que deben escuchar el consejo de la comisión bipartidista sobre Siria en el Congreso, la cual aseguró que es muy mala idea retirar las tropas en Siria", explicó Flint.
Una retirada que cree que podría propiciar "una operación de limpieza étnica contra kurdos, armenios, yazidís y minorías cristianas" por parte de los turcos, "tal y como ya ha ocurrido en otras regiones".
Para Haram, la vuelta de tropas estadounidenses desplegadas en Siria demuestra que "Trump básicamente vive en el pasado, soñando con una Turquía imaginaria que no ha existido durante más de una década".
Algo en lo que coincide con Flint, aunque este matiza que los anteriores ejecutivos de EE.UU. no han prestado tampoco atención a la "limpieza étnica" ocurrida en suelo turco: "Para los kurdos lo que ocurre ahora es más de lo mismo, pero esta vez en Siria", dice.
Al ser preguntados por si tienen miedo de que las agresiones a manifestantes de 2017 se repitan en esta ocasión, ambos activistas responden afirmativamente.
"Ha habido violencia de los guardaespaldas de Erdogan no solo en el Distrito de Columbia, sino también en Nueva York y en todo el mundo. Es obvio que nos sentimos amenazados, cómo no lo vamos a hacer", se lamentó Flint. EFE USA