TEHERÁN, Irán (AP) — Los iraníes votaban el viernes para elegir un nuevo Parlamento y los observadores estaban atentos a la participación en los comicios como barómetro del respaldo popular que tiene el liderazgo de la República Islámica en momentos en que las sanciones golpean su economía y aíslan al país en el plano diplomático.
La descalificación de alrededor de 7.000 potenciales candidatos, la mayoría reformistas y moderados, planteó la posibilidad de que la participación sea menor de la habitual. Entre los descalificados están 90 miembros del Parlamento que querían buscar la reelección.
Se espera que los primeros resultados se anuncien el sábado. Las elecciones presidenciales se celebrarán en 2021.
Los comicios se realizan en un momento en que aumenta la adversidad económica para muchos en Irán. Las sanciones de Estados Unidos redujeron la capacidad del país de vender su petróleo en el extranjero, lo que sumió a su economía en la recesión.
También se cernía sobre las elecciones la amenaza del nuevo coronavirus. Muchos votantes se dirigieron a los centros de votación portando mascarillas.
Las autoridades de salud confirmaron el viernes dos nuevas muertes a causa del virus, que surgió en China en diciembre, lo que aumentó el total de fallecidos en Irán a cuatro de los 18 casos confirmados.
Las autoridades dicen que todos los casos están vinculados a la ciudad de Qom, en donde los dos primeros enfermos, unos ancianos, murieron el miércoles. Las preocupaciones por la propagación del coronavirus provocaron que las autoridades en Irán cerraran todas las escuelas, universidades y seminarios chiíes en Qom.
El liderazgo iraní y los medios estatales animaron a la población a acudir a votar y algunos lo presentaron como una obligación religiosa. El líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, depositó su boleta en una mezquita cerca de su oficina en la capital, Teherán, poco después de la apertura de los centros de votación e instó a los iraníes a hacer lo mismo.
“Cualquiera que se preocupe por los intereses nacionales de Irán debería participar en la elección”, dijo. Antes esta semana, Jamenei dijo que una elevada participación frustraría las “conspiraciones y planes” de estadounidenses y simpatizantes de Israel contra Irán.
“Los enemigos quieren ver cuáles son los resultados de la presión máxima de Estados Unidos”, apuntó refiriéndose a las sanciones impuestas por Washington y a su presión, que redujo la capacidad del país de vender su petróleo en el extranjero, lo que sumió a su economía en la recesión.
Las tensiones con Estados Unidos podrían fortalecer a los conservadores al reforzar la añeja desconfianza hacia Occidente.
El presidente iraní Hassan Rouhani, quien inicialmente había criticado la descalificación de muchos posibles candidatos moderados, salió a votar el viernes y exhortó a los votantes a lograr otra “victoria” con una gran participación. “Nuestros enemigos estarán más frustrados que antes”, dijo.
Un día antes de los comicios, el gobierno del presidente Donald Trump intensificó su campaña de presión contra Irán al imponer sanciones a dos altos funcionarios del Consejo Guardián iraní, el cuerpo de clérigos y jueces que decide qué candidatos pueden postularse en las elecciones.
Estados Unidos también sancionó a tres miembros del comité de supervisión electoral al afirmar que eran responsables de silenciar la voz del pueblo iraní al rechazar la candidatura de miles de personas.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, tachó las elecciones de una “farsa” y una votación que “no es libre ni justa”.
Fotografía publicada en el sitio oficial de la presidencia iraní del presidente de Irán, Hassan Rouhani, votando en las elecciones parlamentarias en el Ministerio del Interior en Teherán, Irán, el viernes 21 de febrero de 2020. (Presidencia de Irán vía AP)