Poderes enemistados en la región olvidan sus diferencias para luchar contra la milicia terrorista del Estado Islámico. La cooperación militar de Estados Unidos en el Norte de Irak tuvo la venia de Irán y Arabia Saudí.
Los cambios en el panorama político exigen nuevas alianzas. Solo así se podría comprender la posición de Irán, ahora decididido a apoyar a los combatientes de la Peshmerga. Incluso la intervención Estados Unidos en el Norte de Irak parece haber sido aceptada (aunque no oficialmente) por Irán.
Igualmente insólito es que Arabia Saudí esté dispuesta a emprender una alianza con su archienemigo Irán para luchar contra el "Estado Islámico! (EI). Riad y Washington tuvieron sus diferencias en el pasado. Por ejemplo, durante la caída del presidente Mohamed Mursi en Egipto. Pero ahora, Arabia Saudí exige esfuerzos internacionales contra el EI e incluso contribuye a la lucha con 100 millones de dolares.
Un fenómeno desconocido
Abdel Bari Atwan, editor del periódico londinense Raialyoum, aclaró a Deutsche Welle: “El EI está inundando la región de terror. Por eso estamos viendo un fenómeno desconocido hasta ahora. Los países de la región están dejando sus diferencias de lado para luchar contra la organización. El EI recluta a sus guerrilleros tanto dentro como fuera de los países islámicos”. “El EI está dentro del mundo árabe y no fuera como era el caso de Al Qaida. Se abastece de armas confiscando millones de dólares en los bancos de los territorios que controlan”, continúa el periodista.
La misma opinión defiende el Dr. Ali Alawsi, experto en terrorismo y director del Centro de Estudios del Sur de Irak en Londres: “El EI es un peligro para todo el mundo. No se descarta una intervención iraní en Irak y Siria contra los extremistas. Irán no se quedará de brazos cruzados si el peligro acecha. Más probable sería que Teherán cambiase de estrategia y dejase de apoyar a determinados partidos, para enviar fuerzas a ambos países”.
Un plan inútil
Entrevistado por DW, Alawsi critica el plan de del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de debilitar financieramente al EI. ”La semana pasada, el Consejo impuso sanciones contra los que apoyan a las milicias. La resolución está dirigida contra la financiación del grupo extremista, para bloquear sus canales de reclutamiento. Además, se impuso una prohibición de viajar y se bloquearon cuentas de seis personas de Kuwait y Arabia Saudí como responsables”, dice Alawsi, pero aclara que la organización no tiene estructuras estatales, sino que es un grupo de bandas organizadas. No tiene bancos donde depositar el dinero ni inmobiliarias. Por eso considera inútil e inaplicable esta resolucion, al tiempo que califica de teatro el bloqueo de cuentas y la prohibición de viajar de los seis personajes, ya que ninguno de los líderes estaba en la lista.
Mundo unido contra el extremismo
Por su parte, el periodista y editor de Raialyoum cree que “aunque estas medidas no sean mucho, son solo el principio de una larga lista. Tienen un gran valor moral y muestran que el mundo está uniendo sus fuerzas contra el extremismo y sus apoyos financieros". Es una cuestión importante ya que el EI ocupó varias fuentes de petróleo en Irak y pudo financiar sus armas con la venta del crudo.
"Las prioridades de EE.UU. en la región han cambiado en los últimos meses", continúa Abdel Bari Atwan. Luchar contra el EI en Irak y Siria tiene ahora prioridad y derrocar a Assad pasó a segundo plano. Algo que también refleja la situación en Siria, donde tanto el Frente Islámico como el Ejército Libre y el Ejército de los Muyahidines se unieron provisionalmente para combatir al EI.
Como consecuencia, Iran, Irak, Arabia Saudí y Occidente componen una alianza contra el EI. Y para garantizar la unidad nacional de Irak, se armó a los combatientes kurdos y dimitió el ex primer ministro Nuri al-Maliki. “Veremos pronto a soldados de Irán e Irak luchando hombro con hombro bajo un mando militar angloestadounidense. Ya existen los primeros indicios de una operación similar en Irak, con la intervención de la Peshmerga contra el EI”, concluye Abdel Bari Atwan.