El referéndum del próximo 18 de septiembre tiene en vilo al Reino Unido. Este lunes (15.09.2014) el primer ministro conservador David Cameron viajó hasta Aberdeen, en Escocia, en un intento por convencer a los escoceses de apoyar el “No” a la independencia, cuyo triunfo es una posibilidad que se ha ido afianzando con el paso de las semanas, según las ultimas encuestas.
Cameron pidió a los votantes no utilizar esta oportunidad como una vitrina para exhibir su malestar con las políticas de Londres, recordando que la votación es definitiva. “Hay que ser muy claro. No hay vuelta atrás, no habrá repetición. Esta es una decisión para siempre. Si Escocia vota Sí, el Reino Unido se dividirá y seguiremos caminos diferentes”, dijo la autoridad, quien prometió que habría un plan de descentralización si gana el No.
“El futuro de nuestro país está en juego. Esta es una decisión que puede romper nuestra familia de naciones”, apuntó el jefe de Gobierno, para quien el Reino Unido solo es lo que es gracias a la “grandeza de Escocia”. “Estamos mejor juntos”, aseguró Cameron, quien se mostró emocionado por momentos, y reconoció que un triunfo de los independentistas le rompería el corazón.
“Oportunidad única”
Cameron, de hecho, dijo que el triunfo independentista sería “no una separación, sino un divorcio muy doloroso”. Mientras tanto, el primer ministro de Escocia, Alex Salmond, se reunió con empresarios para mostrarles las oportunidades económicas que traería en su opinión la independencia. Durante este fin de semana, Salmond declaró que la votación “es una oportunidad única en una generación para Escocia”.
En una actividad el domingo, la reina Isabel II pidió a los escoceses meditar muy bien antes de votar. Si bien la monarca seguiría siendo la jefa de Estado de una Escocia independiente, está muy preocupada por la posible ruptura de Reino Unido. Todos los mayores de 16 años podrán votar en Escocia y responder a la pregunta “¿Debería Escocia ser un país independiente?”. De ganar el “Sí”, la separación se concretaría en 2016.