TÚNEZ (Reuters) - Un hombre armado disfrazado de turista abrió fuego el viernes en un hotel de Túnez con un rifle de asalto escondido bajo una sombrilla, causando la muerte de al menos 39 personas, entre ellos británicos, alemanes y belgas que descansaban en la playa y la piscina de un popular centro turístico.
Turistas aterrados corrieron en busca de refugio durante el tiroteo y la explosión que se produjeron en el hotel Imperial Marhaba en Sousse, situado unos 140 kilómetros al sur de la capital de Túnez, antes de que la policía lograra abatir al atacante, dijeron testigos y funcionarios de seguridad.
Los cuerpos de varios turistas yacían sobre la arena, cubiertos con toallas amarillas y sábanas. Había sangre sobre los escalones que llevaban al área principal del hotel.
"Este siempre ha sido un lugar seguro, pero hoy fue un horror", dijo un turista irlandés que sólo dio su primer nombre, Anthony. "Él comenzó en la playa y fue hacia la recepción, asesinando a sangre fría", declaró.
El hecho tuvo lugar durante el mes sagrado de Ramadán, en un día en que un cuerpo decapitado con inscripciones árabes fue hallado en Francia, un atacante suicida mató a decenas de personas en una mezquita en Kuwait y 145 civiles murieron a manos de militantes de Estado Islámico en Siria.
El Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por el ataque y sostuvo que había exhortado a sus seguidores a perpetrar atentados durante el Ramadán, aunque no estaba claro si el atacante de Túnez se había inspirado en las prácticas del grupo extremista.
Cuentas en Twitter vinculadas al Estado Islámico dieron a conocer tres imágenes que supuestamente mostraban al atacante. Un hombre es visto desde atrás mientras camina por la calle con un rifle de asalto, aunque su identidad y ubicación son desconocidos.
Tras sacar un arma escondida en una sombrilla, el atacante acudió a los terrenos del hotel para abrir fuego a la izquierda y la derecha en la piscina y en la playa. Paró para recargar el arma varias veces y después lanzó un explosivo, de acuerdo a testigos.
Una fuente de seguridad dijo que las autoridades encontraron otro explosivo adosado al cuerpo del atacante, quien portaba un rifle de asalto Kalashnikov cuando fue abatido.
Rafik Chelli, un alto funcionario del Ministerio del Interior, dijo que el hombre armado no estaba en la lista de posibles yihadistas. Una fuente de seguridad lo identificó como Saifeddine Rezgui, un estudiante de ingeniería eléctrica de 23 años.
Se trata del segundo atentado a gran escala en Túnez, que ha estado en alerta desde marzo, cuando islamistas armados atacaron el museo Bardo causando la muerte de 21 turistas extranjeros, en uno de los episodios más violentos en una década en el país del norte africano.
Túnez, que ha sido alabado como modelo de transición democrática desde la llamada "primavera árabe" de 2011, es uno de los países más laicos del mundo árabe. Sus playas y clubes nocturnos en el mar Mediterráneo son populares entre los visitantes europeos.