VIENA, Austria (AP) -- Irán, Estados Unidos y otras potencias mundiales alcanzaron un acuerdo histórico el martes para frenar el programa nuclear iraní a cambio del alivio de las sanciones por millones de dólares, cuyo objetivo es erradicar la amenaza de que ese país desarrollar un arma atómica.
El acuerdo alcanzado luego de intensas y a menudo ríspidas negociaciones, Irán y seis potencias mundiales, representa un gran avance frente a las décadas de choques entre ambos bandos, que se habían llamado mutuamente "el principal Estado promotor del terrorismo" y "el gran Satán".
El presidente iraní Hasan Ruhani dijo el martes que ha comenzado un "nuevo capítulo" en las relaciones entre la República Islámica y el mundo. "El régimen de sanciones nunca fue eficaz, pero al mismo tiempo afectó la vida de la gente", dijo Ruhani.
El mandatario habló poco después de que la televisora estatal emitió en vivo las declaraciones del presidente estadounidense Barack Obama, algo inusual en el país. Obama dijo que el acuerdo "no se basa en la confianza, se basa en la verificación".
Aseguró que el acuerdo le corta a Irán todos los caminos hacia un arma nuclear. Irán eliminará dos tercios de sus centrífugas instaladas y se deshará del 98% de su depósito de uranio. A medida que cumple con estas condiciones, se levantarán por etapas las sanciones.
Obama amenazó con vetar cualquier ley del Congreso que intente bloquear la aplicación del acuerdo.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y el ministro iraní de Exteriores, Mohamed Javad Zarif, confirmaron el pacto en una conferencia de prensa en Viena.
"Este es un momento histórico", manifestó por su parte el canciller iraní tras las negociaciones con sus homólogos de Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Francia, Alemania y Rusia en Viena.
"Estamos alcanzando un acuerdo que no es perfecto para nadie, pero es lo que podemos lograr, y es un logro importante para todos nosotros. Hoy podría llegado el final de la esperanza en este tema. Pero ahora estamos iniciando un nuevo capítulo de esperanza", agregó.
El acuerdo impedirá que Irán produzca material suficiente para un arma nuclear durante al menos 10 años e impone nuevas provisiones para inspecciones en instalaciones iraníes, incluyendo centros militares
En Estados Unidos, los colegas demócratas de Obama expresaron su escepticismo.
"Estaba escéptico al inicio de este proceso y sigo escéptico con los iraníes", dijo el legislador Steve Israel, el principal demócrata judío en la Cámara de Representantes. "Habrá una votación sobre este acuerdo y mi obligación es revisar cada palabra, frase y párrafo para asegurar que satisface con mis continuas preocupaciones. Hasta entonces, pueden incluirme en la fila de los escépticos".
Del lado republicano, como se esperaba, se oponen vehementemente al acuerdo. "Es como darle a un cocodrilo más dientes y pensar que ahora será más amable con uno", dijo el legislador Ted Yoho.
Ciudadanos iraníes dieron la bienvenida al acuerdo al considerar que es una oportunidad para terminar con el aislamiento de su país y una oportunidad para mejorar económicamente tras años de penurias a causa de las sanciones.
No se veía a gente celebrando en las calles de Teherán tras el anuncio el martes, pero eso quizá se deba a los rigores del caluroso verano y que la mayoría de los iraníes se encuentran en ayuno debido a los últimos días del mes sagrado del Ramadán.
Muchos seguían la cobertura por televisión. En una tienda de electrónicos de Teherán, la gente aplaudió cuando el presidente Ruhani apareció en la pantalla para dar cuenta del pacto.
El acuerdo se produjo tras alcanzar varios compromisos clave.
Diplomáticos dijeron que Irán accedió a mantener el embargo de armas impuesto por Naciones Unidas al país durante cinco años más, aunque podría finalizar antes si la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) aclara definitivamente que Teherán no está trabajando en armas nucleares. Una condición similar se impuso sobre las restricciones de la ONU a la trasferencia de tecnología de misiles balísticos a Teherán, que podría durar al menos ocho años más.
Otro acuerdo significativo permitirá a inspectores de Naciones Unidas solicitar visitas a instalaciones militares iraníes como parte de sus labores de vigilancia, un aspecto al que el líder supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, prometió oponerse. Pero la concesión de ese acceso libre no estaría garantizada e, incluso en el caso de permitirse, podría retrasarse en el tiempo, una condición que los críticos con el pacto dicen que Teherán aprovechará para ganar tiempo y cubrir cualquier señal de que no están cumpliendo con sus compromisos.
Según el acuerdo, Teherán tendrá derecho a confrontar cualquier petición de la ONU y una junta de arbitraje, compuesta por Irán y las seis potencias mundiales que negociaron el pacto, tendrá que decidir sobre el tema.
Los beneficios económicos para Irán son potencialmente inmensos. Está previsto que reciba más de 100.000 millones de dólares en bienes congelados en el extranjero, y que se levante el embargo europeo sobre su petróleo, así como varias restricciones a sus bancos.