Fotografía facilitada por la oficina de Presidencia iraní, que muestra al presidente de Irán, Hasán Rohaní, durante una comparecencia para explicar a sus conciudadanos las consecuencias del entendimiento entre su país y el Grupo 5 tras casi dos años de negociaciones, hoy en Teherán. EFE/Presidencia Iraní
Teherán, 14 jul (EFE).- Irán abrió hoy un "nuevo camino" en sus relaciones con la comunidad internacional, particularmente con Occidente, tras el anuncio del acuerdo alcanzado con las potencias del Grupo 5+1 sobre su programa nuclear, recibido como un triunfo en el país e interpretado como un trampolín para el cambio.
Tras 13 años de desencuentros, el pacto de Viena entre los negociadores iraníes y sus pares de EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania despertó en la República Islámica una sensación de satisfacción, particularmente entre los sectores moderados y reformistas.
Éstos habían puesto muchas esperanzas en el mismo y sobre todo en el Gobierno de Hasán Rohaní, el gran triunfador con la consecución del acuerdo a nivel interno.
A falta aún de la aprobación del líder supremo Alí Jameneí, cuya palabra es siempre la última en cualquier asunto político y religioso del país, pero que se da por descontada dado su apoyo continuado a las negociaciones nucleares, el acuerdo promete cambiar sustancialmente la realidad política en el país.
Al menos así lo valoró el propio Rohaní, que en una larga comparecencia en directo en la televisión pública dijo que el histórico día de hoy no era el final de nada sino el comienzo "de un nuevo movimiento, un nuevo regocijo, una nueva esperanza, un futuro mejor para los jóvenes, un movimiento más acelerado para el crecimiento y desarrollo de nuestro país".
Rohaní, un clérigo chiíta de tendencia moderada que asumió el poder en agosto de 2012 con la promesa explícita de lograr una solución a la cuestión nuclear de su país, reconducir las relaciones de Irán con el mundo y mejorar la situación económica se mostró muy satisfecho con este logro, que a su juicio se basó en la premisa de que "todos ganen".
En ese sentido, el presidente presentó el acuerdo como un triunfo de la diplomacia iraní que logró preservar todos los "objetivos y líneas rojas" que se trazó antes de sentarse en la mesa de negociaciones.
Así, Irán logró "que las grandes potencias anunciaran que todas las sanciones serán eliminadas" y que cancelarán "todas las resoluciones crueles y empezará unas relaciones normales en los lazos con Irán".
En ese sentido, Rohaní indicó que su país estará dispuesto a cumplir completamente su parte del pacto nuclear siempre que "la otra parte" también se atenga a sus promesas.
El entusiasmo de Rohaní por el pacto fue también seguido por la inmensa mayoría de los medios de comunicación y los analistas políticos del país asiático, que alabaron el pacto y ensalzaron la labor de los negociadores, particularmente la del ministro de Exteriores Mohamad Yavad Zarif.
Una de las cosas que mas destacó durante la jornada fue precisamente la ausencia de críticas al acuerdo, que no pudieron verse ni siquiera entre los habitualmente locuaces representantes de los sectores más recalcitrantes ante cualquier acercamiento con Occidente del Parlamento iraní.
En la calle las opiniones fueron más diversas, aunque siempre en una escala que iba de la indiferencia a la más completa satisfacción, ya que muy pocas personas se mostraron contrarias al acuerdo.
"Estoy muy contenta por el acuerdo, pero espero que sea algo verdadero, y que al pueblo iraní se le solucionen los problemas presentes. Que las dos partes realmente cumplan su parte, aunque yo misma sospecho que lo vayan a hacer", dijo a Efe Neguin, una joven iraní.
Más entusiasta se mostró Maryam, una señora mayor que consideró que el pacto será "lo mejor para todos, para el país, para el futuro de los chicos".
"Se abrirán los pasos, mejorarán los lazos entre los países o los ciudadanos de los países, así que yo creo que en general la comunicación es algo bueno", dijo a Efe.
Sin embargo, varias personas a las que consultó Efe y que no quisieron identificarse fueron más críticas y señalaron que si bien el acuerdo es correcto, éste solo beneficiará al Gobierno y a los ciudadanos que ya tienen lazos con Occidente, y que es difícil que pueda solucionar los problemas de la mayoría de los iraníes.