Washington, 22 de septiembre, 2016 (Reuters). La candidata demócrata Hillary Clinton, repentinamente vulnerable en la carrera presidencial de Estados Unidos, está presionada por entregar buenos resultados en el primer debate que sostendrá el lunes ante su rival republicano Donald Trump, un evento que podría resultar clave para el desarrollo de los comicios.
Políticos veteranos implicados en organizar los últimos debates electorales dijeron que Clinton debería tomar conciencia de cómo dirigir el país en tiempos inciertos y marcar el contraste como la alternativa firme y preparada frente a Trump, que no tiene experiencia en cargos públicos.
Por su parte, Trump debería mostrar suficiente seriedad para convencer a los escépticos de que está listo para ser el comandante en jefe de la nación, dijeron.
El enfrentamiento televisado de 90 minutos que se realizará en la Universidad Hofstra de Hempstead, en Nueva York, es el primero de tres debates y ocurrirá en momentos en que Clinton ya no disfruta de una clara ventaja en los sondeos de opinión ante el magnate de bienes raíces.
La historia muestra que un mal debate puede alterar la trayectoria de la carrera presidencial estadounidense. Los sondeos de Reuters/Ipsos señalan que alrededor de un 20 por ciento del electorado sigue indeciso, una cifra más alta a estas alturas que el 12 por ciento de hace cuatro años.
"Voy a hacer mi mejor esfuerzo por comunicarme lo más claro y firme que pueda ante los insultos, los ataques, el acoso y la intolerancia que he estado viendo de mi oponente", dijo Clinton el martes a una radio estadounidense.
Anita Dunn, que ayudó al presidente Barack Obama a prepararse para sus debates ante el republicano John McCain en 2008, dijo que el mandatario tuvo éxito en su primer encuentro al llevar reiteradamente la conversación a los problemas de la economía estadounidense, incluso aunque se había programado a la política exterior como un tema central del evento.
Dunn sostuvo que esperaría que Clinton tratara de explotar las debilidades de Trump y poner énfasis en sus fortalezas. "El contraste entre ellos es lo que debe resaltarse", explicó.
Rick Lazio, un excongresista republicano, dijo que consideró a Clinton una rival de peso cuando la enfrentó en un debate en 2000 para conseguir un puesto en el Senado. Por entonces fue visto como muy agresivo, por lo que perdió el debate y la posterior elección. Ahora dice que Trump debe tratar cuidadosamente a su oponente.
"Lo que él (Trump) tiene que evitar es la percepción de que es insultante, muy irrespetuoso e inoportuno, cualquier cosa como esa", declaró.
El debate será la mejor oportunidad para que los dos candidatos, considerados ampliamente como poco fiables por los votantes, entierren las dudas sobre su idoneidad para la Casa Blanca antes de los comicios del 8 de noviembre.