Washington, 16 feb (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, sorprendió hoy con una tensa e inesperada rueda de prensa en la anunció que la próxima semana habrá una nueva acción ejecutiva para "proteger" al país, criticó el "desastre" heredado tanto dentro como fuera del país y cargó contra la "deshonestidad" de los medios.
"El público ya no les cree. La prensa está fuera de control, el nivel de deshonestidad está fuera de control", apuntó Trump, en un extenso encuentro con los periodistas en la Casa Blanca, convocados apenas con una hora de antelación a un acto que no estaba en la agenda diaria presidencial.
Así dio inicio a su cuarta conferencia de prensa desde que tomó posesión el pasado 20 de enero, de hora y media de duración y durante la cual no rehuyó la confrontación ni las principales polémicas que rodean a su Gobierno.
"Vamos a emitir una nueva acción ejecutiva la semana próxima que protegerá de forma exhaustiva a nuestro país", declaró Trump sobre la fallida prohibición de entrada de refugiados a EE.UU. y la concesión de visados a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, que provocó caos en los aeropuertos de medio mundo a finales de enero y que ha sido bloqueada temporalmente por un tribunal de apelaciones.
De este modo, daba marcha atrás en su promesa de llevar el caso ante superiores instancias judiciales y reafirmó su opinión de que el "único problema" de la medida, que despertó la indignación internacional, fue encontrarse con "un mal tribunal".
Trump, quien afirmó que se dirigía directamente a los estadounidenses, ya que los periodistas eran meros invitados, aprovechó la ocasión también para sacar pecho de sus primeras cuatro semanas en la Casa Blanca al remarcar que "nunca ha habido una Presidencia que haya hecho tanto en un periodo tan corto de tiempo".
"Para ser honesto, heredé un desastre, es un desastre, en casa y en el extranjero", dijo el mandatario estadounidense.
Asimismo, rechazó la existencia de caos y fricciones dentro de la Casa Blanca, y consideró que el Gobierno funciona como "una máquina perfectamente engrasada", pese a la renuncia esta semana tras apenas 24 días en el cargo de su asesor de seguridad nacional, Michael Flynn.
Flynn, general retirado, dimitió el pasado lunes tras conocerse que mintió al vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, y a otros altos cargos del Gobierno sobre sus conversaciones con el embajador ruso en 2016 en Washington, Serguéi Kisliak, con quien habló sobre las sanciones contra el Kremlin que el entonces presidente Barack Obama impuso antes de dejar la Casa Blanca.
Acerca de las informaciones de contactos de su campaña o sus familiares con funcionarios rusos, revelados por The New York Times anoche, Trump insistió en que se trata de "noticias falsas".
"No tengo préstamos en Rusia, no poseo nada en Rusia, no tengo acuerdos en Rusia", zanjó.
No obvió otro de sus lemas de campaña: la construcción del muro con México para frenar el flujo migratorio y la entrada de drogas, algo que ha dañado las relaciones con el vecino del sur.
"Va a ser un gran muro. Y lo negociaré yo, de modo que el precio se bajará como el resto de las cosas que he negociado para el Gobierno", aseveró Trump.
En esta ocasión, sin embargo, no mencionó, como en otras veces, que será México quien se haga cargo de la factura.
El coste estimado del muro ha ido creciendo progresivamente desde los alrededor de 8.000 millones de dólares que calculó inicialmente Trump, hasta los 21.600 millones, según los últimos cálculos del Departamento de Seguridad Nacional.
Achacó, además, a la falta de control fronterizo el que EE.UU. se esté convirtiendo "en una nación infestada de drogas" en la que "son más baratas que los caramelos".
Sí que ofreció un cambio en su postura ante al programa de Acción Diferida (DACA), firmado en 2012 por Obama que ha permitido frenar la deportación de 750.000 jóvenes indocumentados, conocidos como "dreamers" (soñadores), y cuya derogación Trump prometió durante la campaña electoral.
"Es uno de los temas más difíciles que tengo (...). Vamos a tratar DACA con corazón", indicó Trump, lo que abre la puerta a mantener este plan que frenaba la deportación de estos jóvenes, les facilitaba la obtención de un permiso de trabajo y una licencia de conducir, a la par que establecía que para seguir gozando de estos beneficios los jóvenes debían renovar el permiso cada dos años.
Trump imita gestión caótica e impulsiva de campaña en Casa Blanca a la deriva
Washington, 16 feb (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha trasladado el estilo impulsivo y caótico de su campaña electoral a una Casa Blanca a la deriva, donde luchas de poder y contradicciones entre asesores, cancelaciones de actos, filtraciones y hasta una renuncia han marcado las primeras semanas de Gobierno.
"Es una Casa Blanca disfuncional. Nadie sabe quién está a cargo y nadie sabe quién está marcando las políticas", comentaba esta semana a un grupo de periodistas el senador republicano y excandidato presidencial John McCain.
Y en la conferencia de prensa que dio hoy desde la Casa Blanca, desordenada y salpicada de encontronazos con algunos periodistas como durante la campaña, el propio Trump dijo que cuando enciende la televisión o abre un periódico lo que ve son "historias de caos".
"Sin embargo, es exactamente lo contrario", argumentó a continuación al apuntar que su Gobierno funciona "como una máquina perfectamente engrasada" y que, si no lo parece, es por culpa de las "noticias falsas" de los medios, ante los que afirmó: "El público ya no os cree".
Pero lo cierto es que el mandatario no trasmite mucha sensación de orden por ejemplo con sus tuits, normalmente enviados a primera hora de la mañana y a través de su cuenta personal de Twitter (@realDonaldTrump), que sigue usando pese a que dispone también de la oficial asignada al presidente estadounidense (@POTUS).
Con esos tuits, Trump ha generado numerosas polémicas que después su portavoz, Sean Spicer, o sus asesores más cercanos han tratado de suavizar y que, en algún caso, han desembocado en crisis como la de la cancelación de una visita programada a la Casa Blanca del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
La imprevisibilidad de Trump ha llevado también a sus asesores y colaboradores más cercanos a contradecirse mutuamente al intentar transmitir de la manera más fiel posible el mensaje del presidente.
Además de Spicer, portavoz de la Casa Blanca, es Kellyanne Conway, consejera presidencial, uno de los rostros más frecuentes en las cadenas de televisión y la protagonista, hasta la fecha, de varias meteduras de pata.
Gracias a ella es famosa la expresión "hechos alternativos", que usó para defender a Spicer cuando los medios acusaron al portavoz de mentir sobre las cifras de asistencia a la investidura presidencial de Trump.
Más recientemente, Conway hizo publicidad desde la Casa Blanca durante una entrevista televisiva con la cadena Fox de la marca de ropa de Ivanka Trump, la hija mayor del mandatario.
Conway recibió "consejo legal" y la Oficina de Ética del Gobierno (OGE) propuso a la Casa Blanca que sancione a la consejera presidencial por lo ocurrido.
Aparte de las polémicas protagonizadas por Conway, varias filtraciones de información han dibujado una Casa Blanca donde compiten por el poder y la influencia sobre Trump dos bandos bien diferenciados: uno encabezado por el jefe de estrategia, Steve Bannon, y otro por el jefe de gabinete, Reince Priebus.
Bannon presidió Breibart News, un conglomerado digital convertido en altavoz del nacionalismo y la alt-right (nueva ultraderecha), y ha sido llamado por The New York Times "el presidente de facto" o por la revista Time el "gran manipulador" por su omnipresencia en las decisiones más audaces y polémicas tomadas por Trump.
Breibart publicó precisamente esta semana una historia con fuentes anónimas que culpaban del caos en la Casa Blanca a Priebus y sugerían que su continuidad estaba en riesgo, algo que negaron rotundamente el jefe de gabinete y Bannon en un encuentro conjunto con varios medios.
La multitud de filtraciones, algunas atribuidas por Trump a "gente probablemente" del Gobierno del expresidente Barack Obama, han revelado detalles muy precisos sobre la vida del magnate en la Casa Blanca, así como el contenido de conversaciones telefónicas que ha mantenido con otros líderes mundiales.
Por otro lado, en al menos dos ocasiones desde que asumió el poder el pasado 20 de enero, Trump ha anunciado firmas inminentes de órdenes ejecutivas sobre ciberseguridad y para investigar un supuesto fraude en las elecciones del pasado noviembre canceladas después sin previo aviso.
Además, en menos de un mes en la Casa Blanca el presidente ha vivido su primera gran crisis de Gobierno con la renuncia de Michael Flynn como su principal asesor de seguridad nacional, tras conocerse que mintió al vicepresidente Mike Pence y a otros altos cargos sobre sus contactos con Rusia. EEUU