MOSUL, Irak (AP) -- Fuerzas iraquíes dijeron el domingo que expulsaron a los extremistas de Nimrud, una antigua población al sur de Mosul y cerca de un famoso sitio arqueológico asirio que según informes fue destruido por los extremistas. Entretanto, fuerzas especiales iraquíes combatían a los milicianos en Mosul y avanzaban lentamente en medio de ataques suicidas con coches bomba.
Las tropas convergen desde varios frentes sobre la ciudad, la segunda más grande de Irak y último bastión urbano de los extremistas en el país. Las fuerzas especiales son las que más han penetrado en la localidad por ahora y controlan un puñado de distritos urbanos.
El comandante de la operación para tomar Mosul dijo que sus fuerzas tomaron Nimrud, 30 kilómetros al sur, tras combates intensos. No estaba claro si habían tomado el sitio arqueológico que data del siglo XIII a.C.
"La 9na división del ejército iraquí ha liberado totalmente la población de Nimrud e izado la bandera iraquí sobre sus edificios después que el enemigo sufrió fuertes bajas", dijo el teniente general Abdul-Amir Raheed Yar Allah en un comunicado.
El descubrimiento de los tesoros en las tumbas reales de Nimrud a fines de la década de 1980 fue uno de los grandes descubrimientos arqueológicos del siglo XX. El gobierno dijo que los milicianos, que ocuparon el sitio en junio de 2014, lo destruyeron con vehículos militares pesados.
En Mosul, los barrios de Qadisiya y Zahra están despejados, según las autoridades y las fuerzas del gobierno esperaban avanzar más en las próximas horas. Durante la última semana fueron avanzando despacio, tratando de evitar bajas civiles y entre sus filas mientras atacantes suicidas en vehículos protegidos con placas blindadas arremetían desde escondites en los populosos barrios urbanos.
"Las únicas armas que les quedan son automóviles bomba y explosivos", dijo el mayor general de las fuerzas especiales iraquíes Sami al-Aridi, en una conversación por radio con comandantes sobre el terreno. "Hay muchísimos autos civiles y cualquiera podría ser una bomba".
Varios atacantes suicidas se lanzaron sobre la misma zona el sábado, hiriendo en torno a una decena de soldados y tres civiles, además de matar a un niño, según oficiales. Las fuentes hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas a informar a la prensa.
Las tropas están preparando barricadas para impedir que los automóviles cargados de explosivos puedan romper las líneas del frente. Desde el rápido avance de la semana pasada en los límites de la ciudad han tenido problemas para defender el terreno ganado ante los intensos contraataques de la milicia radical.
Mientras tanto, un importante grupo humanitario con sede en Estados Unidos acusó a las fuerzas de seguridad de la región curda iraquí de destruir viviendas árabes e incluso algunos pueblos en zonas arrebatadas al grupo Estado Islámico durante los últimos dos años.
El ejército iraquí no da cifras de bajas, pero médicos sobre el terreno han hablado de decenas de muertos y heridos desde el inicio de la campaña para liberar la ciudad el 17 de octubre.
Entre septiembre de 2014 y mayo de 2016, las fuerzas curdas que avanzaban sobre el grupo extremista destruyeron viviendas árabes en las disputadas zonas de Kirkuk y Nineveh, mientras que las viviendas curdas quedaron intactas, según el reporte de Human Rights Watch.
Las demoliciones se produjeron en zonas en disputa arrebatadas a la milicia radical por parte de las tropas curdas conocidas como peshmerga, dijo la organización en un informe. Los curdos afirman que esas zonas son tradicionalmente curdas y que pretenden incorporarlas a su región semiautónoma, Curdistán, pese a las objeciones del gobierno central iraquí.
Políticos árabes suníes ya habían acusado antes a los curdos de modificar la demografía en esas zonas mixtas en el norte de Irak. La tensión es especialmente intensa en la región petrolífera de Kirkuk.
"Pueblo tras pueblo de Kirkuk y Ninevah, las fuerzas de seguridad (curdas) destruyeron viviendas árabes, pero no las pertenecientes a curdos, sin ningún objetivo militar legítimo", dijo Joe Stork, subdirector en Medio Oriente de Human Rights Watch. "Los objetivos políticos de sus líderes no justifican la demolición ilegal de viviendas".
Todos los bandos que luchan en la batalla por la ciudad norteña de Mosul están acusados de violaciones contra los derechos humanos. Las peores acusaciones recaen sobre el grupo Estado Islámico.
Las fuerzas curdas han sido acusadas antes de destruir viviendas árabes y el año pasado Amnistía Internacional dijo en un uniforme que los peshmerga habían realizado esos ataques en represalia por lo que consideraban apoyo al Estado Islámico por parte de comunidades árabes.
Las autoridades curdas afirman cumplir las leyes de derechos humanos y han negado tener una estrategia de demoler casas. Sin embargo, señalan que algunos pueblos en los que la población combatió del lado del grupo Estado Islámico sufrieron una destrucción importante por la ferocidad de los combates.
No fue posible contactar de inmediato con representantes curdos para pedir comentarios sobre las nuevas acusaciones. News from The Associated Press