LA HABANA (AP) -- En un segundo intento por lograr la paz en Colombia, el gobierno de la nación sudamericana y las FARC firmaron el sábado un acuerdo modificado, luego de que el original fuera rechazado en un plebiscito el octubre pasado, lo que suscitó una inesperada renegociación de las partes.
El nuevo texto, que las autoridades y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) consideran "final", recogió precisiones en temas duramente criticados en el pacto inicial, como la implementación de una justicia transicional, el juzgamiento del narcotráfico como delito conexo a la rebelión y la reparación a las víctimas.
La ceremonia en La Habana, realizada en un salón de protocolo del oeste de la ciudad, fue cerrada con grandes aplausos. Tuvo como protagonistas al jefe de la delegación oficial, Humberto de la Calle y al comandante rebelde Iván Márquez cuyo nombre legal es Luciano Marín, quienes se vieron acompañados por el canciller cubano Bruno Rodríguez.
"El nuevo acuerdo fue una oportunidad para aclarar dudas, pero sobre todo para unirnos", declaró De La Calle quien reconoció con "humildad" que el nuevo texto rubricado es "mucho mejor" que el conseguido en septiembre pasado --firmado entre bombos y platillos en Cartagena-- entre el presidente Juan Manuel Santos y las FARC luego de casi cuatro años de negociaciones en Cuba.
En Colombia, y a poco de producirse la rúbrica, el opositor y expresidente Álvaro Uribe exigió que el acuerdo no tenga "alcance definitivo" hasta no ser estudiado por los contradictores del proceso con las FARC y las víctimas del conflicto armado.
La respuesta de Santos no se hizo esperar y en una alocución aseguró que había dado instrucciones a De la Calle para su inmediato regreso a Bogotá a fin de explicar a los opositores "en detalle" el nuevo pacto.
En paralelo, la presidencia de Colombia mostró una felicitación enviada por Estados Unidos y firmada por el secretario de Estado, John Kerry, a este nuevo intento de desarmar un conflicto de más de 50 años que dejó cientos de miles de víctimas.
"Estamos convencidos de que este acuerdo muestra caminos que son viables y posibles", resaltó De la Calle, quien proporcionó algunos detalles del convenio que estará por completo a disposición del público en los días venideros.
De momento, el jefe negociador señaló que las características de la "restricción de la libertad de todos los responsables" fueron precisadas, a la vez que fueron fijados los lugares en que los rebeldes pagarán sus penas.
Este es uno de los puntos que preocupa a los opositores del acuerdo inicial quienes reprocharon que los guerrilleros de delitos atroces no sean encarcelados sino sometidos a castigos alternativos.
Las FARC presentarán, también un inventario detallado de sus bienes y activos para reparar a las víctimas, informó De La Calle.
De La Calle dijo que se precisó el concepto de "enfoque de género" que tanta polémica desató entre las iglesias del país por considerársele un respaldo hacia las políticas a favor de la comunidad LGBTI, mientras, explicó que se trata de que en el acuerdo quede claro que la mujer fue una especial víctima del conflicto y que merece un trato diferencial en cuanto a medidas de reparación.
Las partes negociaron con el apoyo de Cuba y Noruega desde finales de 2012 hasta agosto pasado. En septiembre, y ante la presencia de la comunidad internacional, se firmó el primer convenio en Cartagena con la presencia de Santos y el máximo comandante guerrillero Rodrigo Londoño, alias Timochenko, así como de decenas de invitados entre ellos líderes mundiales.
El 2 de octubre se realizó un plebiscito en el cual ganó el "no" a los acuerdos --cuya campaña encabezó Uribe-- por un margen menor al uno por ciento y con una alta abstención, lo que obligó a las partes a renegociar.
Así como su delegado De La Calle, el mandatario Santos habló sobre las modificaciones e hizo más precisiones como que los jueces que atenderán los casos serán colombianos y que la jurisdicción especial de justicia para ver los asuntos de delitos de la guerra estará vigente por 10 años.
Según las autoridades también se especificó que se respetará la propiedad privada y se disminuyó en 30% la financiación al partido político que creen las FARC para que quede en igualdad de condiciones con los demás.
El comandante Márquez dijo, por su parte, que "al nuevo acuerdo lo único que le queda es su implementación para construir las bases de una Colombia en paz".
"Que nadie trunque los sueños de millones de almas", expresó Márquez. "Hagamos de la paz una condición estable y duradera sobre la base del derecho al respeto de los pueblos y la justicia social".
El proceso de refrendación y de implementación del acuerdo no quedó claro en las declaraciones desde La Habana. Sólo se indicó que el nuevo texto sería explicado con quienes promovieron en su momento el "No" contra el plebiscito.
La declaración de Uribe se conoció al cierre de su reunión con el presidente Santos este sábado, previo a las declaraciones de De La Calle y Márquez.
Otros líderes que se opusieron al acuerdo inicial como el expresidente Andrés Pastrana y la exministra Marta Lucía Ramírez dijeron haber recibido en la jornada llamadas telefónicas de parte del presidente Santos informándoles de "avances" sobre la renegociación y se mostraron a la espera de los nuevos textos discutidos para leerlos.
Santos, que el 10 de diciembre recibirá el Nobel de la paz, no previó una derrota en el plebiscito. De ahí que el mandatario intentara buscar por todos los medios alcanzar un nuevo acuerdo para luego blindarlo jurídicamente, ya sea enviándolo al Congreso o convocando a una nueva consulta popular.
Las FARC son la guerrilla del continente más antigua en activo y el gobierno también comenzó un proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la otra fuerza rebelde del país.