Ankara, 30 de marzo, 2017 (Reuters). El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, sostuvo el jueves conversaciones con los líderes políticos de Turquía, en una visita de un día al país aliado de la OTAN que resulta clave en la lucha contra Estado Islámico pero que cada vez ha mostrado más desacuerdos con Washington y sus socios europeos.
Tillerson mantuvo una reunión a puertas cerradas con el presidente Tayyip Erdogan, donde se debía discutir la lucha que lidera Estados Unidos contra Estado Islámico, lo que incluye una planeada ofensiva sobre la ciudad de Raqqa, el bastión del grupo yihadista en Siria, donde Turquía ha expresado su molestia por el apoyo estadounidense a combatientes de las milicias kurdas.
Anteriormente se reunió con el primer ministro Binali Yildirim y discutió los esfuerzos para derrotar al Estado Islámico en Siria e Irak, dijo la oficina de Yildirim. Un funcionario del Departamento de Estado estadounidense dijo que Tillerson enfatizó en la cita el "importante papel" de Turquía en la seguridad regional.
Erdogan se ha indignado por la disposición de Washington a trabajar con la milicia kurda YPG en su combate al Estado Islámico. Ankara ve al YPG como una extensión del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), agrupación a la que ha combatido durante tres décadas en Turquía y que es considerada un grupo terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
Las relaciones entre Estados Unidos y Turquía también se han vuelto tensas debido a la continua presencia en el país del clérigo turco Fethullah Gulen, que a juicio de Ankara debe ser extraditado por su supuesta participación en un fallido golpe de Estado en julio pasado.
La visita de Tillerson se produce menos de tres semanas antes de un referendo en el que Erdogan busca una reforma constitucional para aumentar sus poderes, una jugada política que sus oponentes y algunos aliados europeos temen que generará aún más autoritarismo.
Altos funcionarios estadounidenses han dicho que Tillerson no se reunirá con la oposición turca durante la visita, una señal de que tratará de evitar discutir asuntos internos mientras intenta mantener el foco de atención en la lucha contra el Estado Islámico.