Dublín (EuroEFE).- El negociador de la Unión Europea para el "brexit", Michel Barnier, reafirmó este jueves su compromiso de evitar el restablecimiento de una frontera "dura" en Irlanda, pero advirtió de que la salida de Reino Unido del bloque comunitario tendrá "consecuencias".
Barnier envió ese mensaje durante una intervención en una sesión conjunta de la Cámara Baja y Alta del Parlamento irlandés, un órgano al que solo se habían dirigido, hasta hoy, jefes de Estado y de Gobierno extranjeros.
Con este gesto histórico, Dublín y Bruselas quisieron dejar claro que la cuestión de la frontera irlandesa será clave en las conversaciones que comenzarán tras las elecciones generales británicas del próximo 8 de junio, en las que la primera ministra, la conservadora Theresa May, parte como favorita para obtener una amplia victoria.
Tras conocerse las tensiones que han marcado los primeros contactos entre Londres y Bruselas, Barnier mantuvo hoy un tono firme, pero confió en que ambas partes mantendrán una "relación estrecha" después del "brexit" y en que lograrán "un acuerdo justo".
Un acuerdo justo tras el "brexit"
El dirigente europeo recordó hoy que los controles aduaneros forman parte de la gestión de las fronteras comunitarias, las cuales sirven para proteger, dijo, "el mercado único y cuestiones relacionadas con la seguridad y los estándares alimentarios".
No obstante, recordó que nadie quiere la vuelta de las fronteras del pasado en Irlanda y que las partes reconocen la importancia de las relaciones económicas, sociales y políticas que mantienen Irlanda y el Reino Unido.
"Tengo la obligación de decir la verdad. La salida de la UE tendrá consecuencias", zanjó Barnier, en referencia, por ejemplo, al hecho de que la frontera irlandesa será la única barrera terrestre entre el Reino Unido y el club comunitario tras este divorcio.
"La integración europea ha ayudado a derribar las divisiones que una vez existieron en los mapas y en las personas. El "brexit" modificará las barreras externas de la UE. Trabajaré con ustedes para evitar una frontera estricta (en Irlanda)", prometió Barnier.
El dirigente comunitario sostuvo que uno de sus objetivos durante las conversaciones será lograr un "acuerdo de libre comercio justo, fuerte y ambicioso", si bien solo se obtendrán progresos en ese apartado cuando el Gobierno británico haga frente a la factura de salida del bloque.
"Si hacemos las cosas en el orden adecuado, si negociamos con respeto mutuo, sin agresividad alguna (...) Si estamos abiertos a encontrar una solución, no hay motivos para que una Europa fuerte no tenga una relación fuerte con el Reino Unido", señaló Barnier.
En su opinión, la prioridad en las negociaciones será resolver primero la cuestión de la frontera irlandesa, los derechos de los ciudadanos europeos en el Reino Unido (y viceversa) y la "factura de la salida".
La cuestión de la frontera irlandesa
"Debemos efectuar progresos suficientes en esos puntos antes de que empecemos a debatir el futuro de nuestra relación con el Reino Unido. Cuanto antes ocurra, mejor", precisó Barnier.
Como parte de su viaje a este país, el negociador de la UE se desplazará mañana viernes a la frontera con Irlanda del Norte, donde el proceso de paz iniciado en 1998 con la firma del Acuerdo del Viernes Santo puso fin a más de 30 años de conflicto armado.
"La desaparición de las fronteras en Irlanda del Norte llevó tiempo. Hace solo 15 años que los controles de seguridad se eliminaron totalmente (...) Muchos ahora temen que vuelvan las tensiones del pasado", arguyó Barnier.
Después de su intervención, el primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, agradeció hoy los esfuerzos de sus socios comunitarios para proteger el proceso de paz y evitar el establecimiento de una frontera estricta con el Reino Unido, uno de sus principales socios económicos.
Kenny advirtió de que el "brexit" presenta "enormes retos" para todas las partes y opinó que las negociaciones deberán adoptar un enfoque "flexible e imaginativo" para lograr un acuerdo beneficioso y superar las dificultades. EFE