SEÚL/WASHINGTON (Reuters) - Corea del Sur dijo el lunes que está preparando nuevos ejercicios militares con su aliado Estados Unidos y reforzará sus defensas de misiles balísticos, en respuesta a la sexta y más potente prueba nuclear de Corea del Norte del día anterior.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá el lunes para discutir nuevas sanciones contra Pyongyang. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también pidió ser informado sobre todas las opciones militares disponibles, según su secretario de Defensa.
La Fuerza Aérea y el Ejército de Corea del Sur llevaron a cabo el lunes ejercicios que involucran misiles tierra-aire de largo alcance y misiles balísticos, dijeron los Jefes del Estado Mayor Conjunto en un comunicado. Se están preparando más ejercicios junto a las fuerzas estadounidenses, agregaron.
El Ministerio de Medio Ambiente de Corea del Sur también anunciará el lunes su aprobación de un informe de evaluación ambiental para el despliegue de un polémico sistema de defensa antimisiles estadounidense, dijo a Reuters un responsable del ministerio.
Seúl dijo en junio que aplazaría la instalación de los componentes restantes del sistema de Defensa Aérea de Alta Altitud Terminal (THAAD, por su sigla en inglés) en Corea del Sur hasta que se completara una evaluación de su impacto en el medio ambiente.
Corea del Norte dijo que probó el domingo una bomba de hidrógeno avanzada para un misil de largo alcance, lo que provocó la advertencia de una “respuesta militar masiva” de Estados Unidos si se amenaza a Washington Unidos o sus aliados.
“No estamos considerando la aniquilación total de un país, a saber, Corea del Norte. Pero como dije, tenemos muchas opciones para hacerlo”, dijo el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, tras reunirse con Trump y su equipo de seguridad nacional.
Trump había prometido previamente impedir que Corea del Norte desarrollara armas nucleares y dijo que desataría “fuego y furia” si amenaza a su territorio. Eso llevó a Pyongyang a amenazar con disparar misiles cerca de la isla de Guam, aunque desde entonces ha parecido alejarse de esa amenaza.
¿MÁS SANCIONES?
A pesar del discurso severo, el foco inmediato de la respuesta internacional serían unas sanciones económicas más severas contra Pyongyang.
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, acordaron el lunes buscar unas sanciones más duras de la ONU.
“Ambos jefes de Estado acordaron cooperar estrechamente entre ellos y con Estados Unidos y compartieron el entendimiento de que se deben aplicar sanciones y presiones más fuertes a Corea del Norte”, dijo el portavoz del palacio presidencial surcoreano, Park Su-hyun, después de que los líderes hablaran por teléfono.
El objetivo de unas sanciones más contundentes sería atraer a Corea del Norte hacia el diálogo, agregó. Pero en una serie de tuits el domingo, Trump pareció criticar a Corea del Sur por ese enfoque.
“Corea del Sur se está dando cuenta, como les dije, de que sus palabras de apaciguamiento con Corea del Norte no funcionarán, ¡ellos solo entienden una cosa!”, dijo Trump en Twitter.
Sin embargo, la respuesta de Trump fue más ordenada y menos improvisada de las que había ofrecido a otras provocaciones de Corea del Norte.
Su gestión de la última prueba nuclear de Pyongyang refleja un enfoque más tradicional de gestión de crisis, que según responsables estadounidenses ilustra la influencia de Mattis y el nuevo jefe de personal de la Casa Blanca, el general retirado John Kelly. Corea del Norte