París, 26 sep (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, propuso hoy un salto en la integración europea para evitar que el Viejo Continente pierda la carrera de la globalización y evitar la vuelta de los demonios del pasado, en particular el nacionalismo, pero asumiendo que se tendrá que hacer a varias velocidades.
En un discurso con el que quiso marcar un hito de su mandato en el anfiteatro con más solera de la Universidad de la Sorbona de París y ante un público ganado a su causa, Macron fijó como reto "la refundación de una Europa soberana, unida y democrática".
No sólo presentó una larga lista de reformas concretas del funcionamiento de la UE, algunas de las cuales -como las fiscales- le van a generar fuerte oposición, sino que además defendió un método para realizarlas que pretende romper con la forma en que se ha llevado a cabo la construcción europea.
Su idea es que en las próximas semanas se ponga en marcha un grupo con los Estados que voluntariamente quieran avanzar más rápido y con las instituciones europeas para que, de aquí al verano del año próximo, coloquen sobre la mesa las medidas pertinentes.
Además, eso se vería alimentado con otro proceso que quiere que se lleve en paralelo, el de las llamadas "convenciones democráticas", en las que participarían durante seis meses también en 2018 los ciudadanos de los países que también se mostraran dispuestas a organizarlas.
Sería "un debate abierto, libre, europeo" y, sobre todo, una forma de implicar a la población y acabar con la impresión de que la construcción europea se hace en cenáculos de expertos a sus espaldas, y en los últimos tiempos con miedo a cualquier consulta.
La forma de coronar ese proceso sería que los temas de discusión de esas convenciones democráticas fueran el eje cardinal de la campaña de las elecciones europeas de 2019, en las que dijo que querría que hubiera listas "transeuropeas", por ejemplo aprovechando los 73 escaños que dejarán los británicos por el "brexit", la salida del Reino Unido de la UE.
Macron insistió en que "ningún país debe poder bloquear a los que quieren avanzar más rápido" y en que "Europa avanzará por la ambición de unos pocos", e hizo un llamamiento para impedir "el repliegue nacional, que sería un fracaso colectivo".
Por su parte, aseguró que no dejará "nada a los que prometen el odio, la división, el repliegue nacional" y reiteró su convicción de que "sólo Europa puede asegurar una soberanía real, nuestra capacidad para existir en el mundo actual".
Entre las ideas concretas que puso encima de la mesa está dotar a la zona euro de un presupuesto propio que podría financiarse con la recaudación del impuesto de sociedades, para lo cual hay que armonizar su base imponible y el tipo que se aplica para 2020.
A ese respecto, en una advertencia hacia países que como Irlanda han hecho de la competencia fiscal uno de los fundamentos para atraer empresas, señaló que no se puede pretender tener fondos estructurales del presupuesto europeo para financiar rebajas del impuesto de sociedades.
Esta intervención ante estudiantes europeos, a la que acudieron, entre otros, miembros del Gobierno francés y el antiguo eurodiputado franco-alemán Daniel Cohn Bendit, quien actuó de precursor de las numerosas salvas de aplausos, tuvo lugar sólo dos días después de las elecciones en Alemania que han dejado un regusto amargo a la canciller, Angela Merkel, por la subida de la extrema derecha.
Macron justificó este calendario y no haber esperado a la formación de una coalición por "pragmatismo", por "lucidez" y para que la opinión pública alemana y el nuevo Ejecutivo que se constituya pueda conocer los proyectos del jefe del Estado francés.
Además, dijo que Merkel está "herida" porque los "discursos xenófobos" hayan conseguido tantos votos, pero también sabe que su reacción será "la audacia y el sentido de la historia", es decir, profundizar en la construcción europea. México :: Mundo