Sutherland Springs (EE.UU.), 7 nov (EFE).- El autor de la mayor matanza de la historia de Texas (EE.UU.), Devin Kelley, repasó todas las filas de la iglesia en busca de supervivientes para propinarles un disparo mortal durante el tiroteo del pasado domingo, explicó hoy a Efe una pareja hispana que sobrevivió al ataque.
Roxana Solís y Joaquín Ramírez fueron dos de los cerca de veinte supervivientes del tiroteo masivo que tuvo lugar en el templo First Baptist Church de Sutherland Springs (Texas) este domingo, en el que murieron 26 personas.
La pareja se encontraba en uno de los primeros pasillos de la parroquia cuando el joven blanco de 26 años entró y empezó a disparar de manera indiscriminada a todos los congregantes, que rápidamente buscaron refugio debajo de los bancos.
El primer objetivo de Kelley fueron los adolescentes que grababan el oficio religioso como cada domingo y posteriormente disparó a los músicos, según el relato de Solís, que recibió un disparo en el hombro durante los 16 minutos del tiroteo.
"Después de sentir el disparo me hice la muerta, traté de ser lo más silenciosa posible para que el tirador creyera que yo había fallecido también", recordó la mujer hispana.
"Parecía una lluvia de balas", añadió.
Freeman Martin, del Departamento de Seguridad Pública (DPS) de Texas, desveló este lunes que los investigadores recogieron de la escena del crimen centenares de balas y quince cartuchos con rondas de treinta proyectiles cada una, lo que corrobora la violencia del peor tiroteo en la historia de Texas.
La pareja sobreviviente, que vive a menos de tres minutos en auto de la iglesia asaltada, coincidió en señalar que el asesino fue especialmente "salvaje" con los niños, a quienes fusiló a quemarropa.
En algunas ocasiones, las madres de los pequeños "trataron de defender a sus hijos poniéndose delante" y pidiendo clemencia, pero Kelley no vaciló y mató a las mujeres también.
La pareja de Solís, Joaquín Ramírez, fue capaz de escapar de la iglesia tras gatear hasta la puerta y salir cuando el atacante estaba de espaldas.
Después de correr varios metros, llamó inmediatamente al número de emergencias y relató el calvario.
Ramírez contó que desde lo sucedido el pasado domingo no puede dormir porque los gritos de los pequeños antes de morir retumban en su cabeza durante toda la noche.
"La hija del pastor me pidió ayuda y yo le dije que se mantuviera en silencio, pero el asesino descubrió que estaba viva y la mató", sentenció.
El rango de edad de las personas fallecidas, que va desde los 17 meses hasta los 77 años, hace evidente que el asaltante trató de hacer el mayor daño posible sin tener piedad de ninguno de los asistentes a la misa que en esos momentos se oficiaba en el templo.
La tragedia se cebó especialmente con la familia Holcombe, residente en Sutherland Springs, que perdió a ocho de sus integrantes de tres generaciones distintas, que como cada domingo habían ido al oficio religioso de una de las iglesias del pueblo.
Kelley perpetró esta masacre vestido con un chaleco antibalas y armado con un potente rifle semiautomático Ruger AR en el templo de Sutherland Springs, un pueblo situado 45 kilómetros al sureste de San Antonio (Texas).
Compuesta básicamente por una oficina de correos, un centro comunitario, una tienda de abastos, un taller de reparación de vehículos, dos gasolineras, las casas de los vecinos y un par de iglesias, entre ellas la de la matanza, Sutherland Springs era hasta este domingo una tranquila comunidad en la que nunca pasaba nada.
El tirador de Texas escapó de una clínica mental tras maltratar a su esposa e hijo
Sutherland Springs (EEUU), 7 nov (EFE).- Devin Kelley, el autor de la mayor masacre de la historia de Texas (EE.UU.) escapó de una clínica mental del estado de Nuevo México en 2012, meses después de maltratar a su primera esposa y a su hijo, según un informe policial del Departamento de Policía de El Paso (Texas).
Kelley acabó con la vida de 26 personas e hirió a una veintena el pasado domingo tras irrumpir en el templo First Baptist Church de la pequeña localidad texana de Sutherland Springs y disparar de manera indiscriminada contra todos los asistentes al oficio religioso.
Los documentos policiales, divulgados hoy por el Canal 2 de Houston (Texas), muestran cómo el tirador de Sutherland Springs fue arrestado en una terminal de autobuses en el centro de la ciudad de El Paso, después de escaparse de la clínica Peak Behavioral Health Services de Santa Teresa, en Nuevo México.
Kelley tenía entonces 21 años y "había sufrido trastornos mentales", según un testigo que recoge el informe.
"(Kelley) es un peligro para él mismo y para las otras personas", reconoció entonces este testigo a la Policía de El Paso, que entregó al texano a las autoridades locales de Nuevo México tras este incidente.
El informe también indica que Kelley, de 26 años, fue hallado escondiendo armas en la base de la Fuerza Áerea de Holloman, ubicada en Nuevo México a unas cien millas (unos 160 kilómetros) de la terminal de autobuses en la que fue arrestado.
Además, el documento policial afirma que el tirador "estaba tratando de llevar a cabo amenazas de muerte" que había hecho a sus superiores militares.
Ese suceso fue introducido en la base de datos del Centro Nacional de Información Criminal del Buró Federal de Investigación (FBI), según el documento.
Este incidente llegó cinco meses antes de ser acusado de maltratar a su hijo y a su primera esposa, Tessa K. Kelley, en varias ocasiones entre abril y junio de 2011, según denunció la propia mujer en 2012 ante las autoridades locales.
Esta actitud no pasó desapercibida para las Fuerzas Aéreas estadounidenses, de las que el texano formaba parte desde 2010, que optaron por someterle a una corte marcial por malos tratos a su familia, que le acabó costando doce meses de arresto, ser degradado y, finalmente, ser licenciado por mala conducta.
El FBI reconoce tener problemas para acceder al móvil del tirador de Texas
Sutherland Springs (EE.UU.), 7 nov (EFE).- Agentes del Buró Federal de Investigación (FBI) reconocieron hoy tener dificultades para acceder al teléfono móvil del autor de la mayor matanza de la historia de Texas, una prueba que podría descifrar las incógnitas que persisten en relación a este tiroteo masivo.
"Desafortunadamente en este momento no podemos ingresar a ese teléfono", se lamentó Christopher Combs, agente especial del FBI a cargo de la ciudad texana de San Antonio, en una rueda de prensa enfrente del templo First Baptist Church de Sutherland Springs (Texas, EE.UU), escenario del crimen.
El tiroteo indiscriminado dentro de la iglesia baptista fue perpetrado por Devin Kelley, un joven blanco de 26 años que mató a tiros a 26 personas inocentes e hirió a una veintena, incluyendo a diez que se encuentran hospitalizadas en estado crítico.
El agente Combs explicó que "el avance de la tecnología, de los teléfonos y de la capacidad de cifrarlos" hace cada vez más difícil a las fuerzas del orden poder acceder a estos dispositivos, muchas veces clave para resolver crímenes.
Las autoridades se hicieron con el celular inmediatamente después del ataque y lo enviaron a la academia de entrenamiento que la agencia federal tiene en Quantico (Virginia) para tratar de acceder a él, una tarea que hasta ahora no han logrado.
Combs declinó identificar qué tipo de teléfono usaba Kelley en un esfuerzo por no alentar a otros delincuentes potenciales a comprar el mismo tipo de dispositivo.
"Estamos trabajando arduamente para desbloquearlo pero sinceramente no sé cuánto tiempo nos llevará", sentenció ante los medios el agente especial.
Según dieron a conocer las autoridades este lunes, Kelley había amenazado a su exsuegra a través de mesajes de texto y estaba involucrado en una disputa doméstica con su actual esposa y su familia política.
En la conferencia de prensa de hoy, Freeman Martin, del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS, por sus siglas en inglés), señaló que a pesar de que las pesquisas policiales están aún en una fase inicial, ya tienen "alguna información" sobre el conflicto familiar.
"Sabemos que hubo conflicto y que estaba molesto con la suegra", aseguró Martin.
Los funcionarios se negaron a proporcionar más detalles sobre la disputa doméstica entre Kelley y su suegra, pero dijeron que buscarán pruebas en el teléfono celular si son capaces de desbloquearlo.
Compuesta básicamente por una oficina de correos, un centro comunitario, una tienda de abastos, un taller de reparación de coches, dos gasolineras, las casas de los vecinos y un par de iglesias, entre ellas la de la matanza, Sutherland Springs era hasta este domingo una tranquila comunidad en la que apenas nunca pasaba nada.