SUTHERLAND SPRINGS, EEUU (Reuters) - El exmilitar estadounidense que mató a tiros a 26 feligreses el domingo en Texas estaba involucrado en una disputa doméstica con sus suegros y había enviado mensajes amenazantes a la madre de su esposa antes de la masacre, dijeron el lunes funcionarios.
El Pentágono reveló que falló al momento de proporcionar información sobre el historial criminal del atacante durante su servicio en la Fuerza Aérea de Estados Unidos a una base de datos nacional, lo que habría evitado que comprara armas de manera legal.
El atacante, Devin Kelley, de 26 años, fue dado de baja de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en 2014, luego de que una corte marcial lo halló culpable de agredir a su primera esposa e hijastro mientras cumplía servicio en 2012 y fue condenado a un año de detención, según el Pentágono.
La Fuerza Aérea reconoció el lunes que no ingresó la condena por dos cargos de violencia doméstica de Kelley en 2012 al Centro de Información Criminal Nacional (NCIC, por su sigla en inglés), una base de datos del Gobierno de Estados Unidos que utilizan los vendedores de armas autorizados para revisar los antecedentes de sus compradores.
La ley federal prohíbe que cualquiera venda o entregue un arma a alguien hallado culpable de un crimen que involucre violencia doméstica. La cadena minorista de artículos deportivos donde Kelley compró las armas ha dicho que el hombre pasó las revisiones de antecedentes en 2016 y 2017.
Christopher Combs, agente especial a cargo de la división de San Antonio del Buró Federal de Investigación (FBI), dijo que no había información del NCIC o dos bases de datos relacionadas que hubiese impedido que Kelley comprara legalmente alguna de las tres armas que la policía recuperó en el marco de la investigación de la matanza.
Kelley fue hallado muerto, aparentemente por heridas de disparos, luego de un intento fallido por escapar desde la Primera Iglesia Bautista en Sutherland Springs, a unos 65 kilómetros al este de San Antonio.
Al salir de la iglesia, Kelley fue enfrentado por Stephen Willeford, un residente del área, quien le disparó y lo hirió tres veces. Kelley luego huyó en un vehículo utilitario deportivo, en tanto, Willeford detuvo a Johnnie Langendorff, un conductor que pasaba por el lugar, y ambos persiguieron al sospechoso, dijeron las autoridades.
Aparentemente, los problemas familiares fueron un factor en la matanza del domingo. Kelley estuvo involucrado en una disputa doméstica con la familia de Danielle Shields, una mujer con la que se casó en 2014, y la situación recrudeció, según funcionarios y registros públicos.
“Había una situación doméstica entre la familia y los suegros”, dijo el lunes a periodistas Freeman Martin, portavoz del Departamento de Seguridad Pública. “La suegra asistía a la iglesia (...) Ella había recibido mensajes amenazantes de él”, agregó.
El alguacil del condado Wilson, Joe Tackitt, dijo que no había miembros de la familia en la iglesia durante el ataque de Kelley.
Martin dijo que 26 personas murieron en el ataque, incluido el bebé no nato de una mujer embarazada que falleció. Los otros muertos durante la masacre tenían entre 18 meses y 77 años. Diez de los heridos permanecían en estado crítico, dijeron funcionarios. Texas