MAE SAI, Tailandia (AP) — Una audaz misión de rescate en las inundadas grutas de una laberíntica cueva tailandesa terminó con el rescate de los 12 muchachos y su entrenador de fútbol, concluyendo un drama de 18 días que segó la vida de un buzo y mantuvo en vilo a muchas personas en todo el mundo.
Una fuerza de operaciones especiales de la Armada tailandesa informó en su página de Facebook que los últimos cuatro jóvenes que quedaban y su entrenador de 25 años fueron sacados exitosamente la tarde del martes. Unas horas después también salieron los buzos y los médicos que habían acompañado a los jóvenes en los últimos momentos de la opertación.
Los otros ocho de los chicos fueron rescatados por buzos tailandeses y extranjeros entre el domingo y el lunes.
“No sabemos si esto fue un milagro o algo científico o qué, pero lo cierto es que los 13 Jabalíes Salvajes están fuera de la cueva”, agregó la fuerza en alusión al nombre del equipo de fútbol. “Todos están a salvo”.
Estallaron los aplausos y vivas en una dependencia del gobierno donde voluntarios y periodistas aguardaban noticias de los jóvenes atrapados. Se escuchaban helicópteros sobrevolando la zona, transportando a los muchachos que habían sido sacados de la cueva. La gente en la calle aplaudió espontáneamente al ver llegar las ambulancias al hospital, en la ciudad de Chiang Rai.
Amporn Sriwichai, tía del entrenador Ekkapol Chantawong, expresó su júbilo por el rescate. “Cuando lo vea le voy a dar tremendo abrazo y le voy a decir que lo quiero mucho, que lo extrañé mucho”.
Payap Maiming, que ayudó a dar alimentos y suministros básicos a las fuerzas de rescate y a los periodistas, dijo que lo que ocurrió fue “un milagro”.
“Estoy contento por todos los tailandeses”, comentó. “O mejor dicho, estoy contento por el mundo entero, porque esta noticia ha salido por todos los canales y todo el mundo estaba esperando por un final feliz... Es verdaderamente un milagro. La esperanza y la fe es lo que llevaron a este resultado”.
La odisea de los jóvenes futbolistas cautivó no solo a Tailandia sino al mundo entero, desde el plomizo momento en que se reportó su desaparición, hasta las primeras y borrosas imágenes de video de los chicos en la cueva, hallados con vida 10 días después por un par de buzos británicos.
Los chicos y su entrenador ingresaron a la cueva Tham Luang el 23 de junio, cuando fueron a explorarla tras un partido de fútbol, pero quedaron atrapados por el agua que trajo una torrencial lluvia monzónica.
Cada uno de los chicos, cuyas edades van de 11 a 16 años, fue escoltado hasta la salida por dos buzos en los últimos tres días del operativo. Los estrechos pasadizos tenían colocados tanques de oxígeno en localidades estratégicas para que los jóvenes pudieran recargar su suministro periódicamente.
Como prueba de lo difícil de la hazaña, un exmiembro de la fuerza especial de la Armada tailandesa murió el viernes cuando trataba de colocar esos tanques de oxígeno en la cueva.
Varios expertos habían opinado que iba ser demasiado difícil hacer que los jóvenes salieran buceando.
Sin embargo, las autoridades de Tailandia, conscientes de que las lluvias monzónicas se avecinaban y que los niños podrían quedar atrapados durante meses, aprovecharon que el tiempo se apaciguó.
Usaron un sistema de bombeo de agua para hacer la ruta más transitable y la confianza de los buzos fue aumentando a medida que cada fase de la misión concluía con éxito.
“Hicimos algo que nadie pensaba posible”, dijo el gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Osatanakorn, quien dirigió el operativo de rescate.
Los doctores eran cautos sobre el estado de salud de los chicos por el riesgo de infecciones y los niños estaban aislados en el hospital, aunque recibieron una recompensa: pan untado con chocolate, como habían pedido.
Dos de los chicos podrían padecer una infección pulmonar, pero en general los ocho menores rescatados primero están “sanos y sonrientes”, dijo un funcionario.
“Los niños son futbolistas por lo que tienen un sistema inmunológico alto”, apuntó el funcionario. “Todo el mundo está animado y contento de estar fuera, pero serán evaluados por un psiquiatra”.
Los familiares han podido ver a algunos de los chicos a través del vidrio de la zona en la que están aislados. Tailandia