Washington, 18 feb (EFE).- Estados Unidos y Corea del Norte están evaluando la posibilidad de intercambiar funcionarios "de enlace", una suerte de enviados especiales que sentarían las bases para iniciar relaciones diplomáticas en el futuro si continúa el actual clima de distensión, informó hoy la cadena CNN.
La noticia llega una semana antes de la cumbre que mantendrán los próximos 27 y 28 de febrero en Hanoi (Vietnam) el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente de EE.UU., Donald Trump.
Según la CNN, que cita a dos fuentes diplomáticas de alto nivel, Washington y Pionyang están "considerando seriamente" tomar esa medida, que supondría un primer caso para cumplir el objetivo de "establecer nuevas relaciones" diplomáticas, acordado durante la primera cumbre entre Trump y Kim el año pasado en Singapur.
Estados Unidos está dispuesto, en concreto, a enviar a varios funcionarios "de enlace" a una nueva oficina en Corea del Norte, liderados por un responsable del servicio exterior estadounidense que hable coreano, indica la CNN.
En septiembre pasado, las dos Coreas inauguraron una oficina de enlace conjunta en la ciudad de Kaesong, al norte de la frontera entre ambos, con el objetivo de mantener un canal de comunicación permanente y reforzar lazos.
Si Trump y Kim dan su visto bueno a este plan, sus países regresarían a una situación similar a la que vivieron en 1994, cuando EE.UU. y Corea del Norte iniciaron una larga negociación para abrir oficinas de intereses en sus respectivas capitales.
Washington llegó incluso a firmar un alquiler para establecer su oficina en la embajada alemana en Pionyang, pero, a finales de 1995, Corea del Norte canceló el plan ante el aumento de las tensiones militares, recordó la CNN.
De acuerdo con el diario Los Angeles Times, a Trump también le interesa salir de la cumbre en Hanoi con una declaración de paz entre las dos Coreas, que siguen técnicamente en guerra desde el armisticio de 1953, aunque se trataría de un documento político y no de un tratado vinculante.
Pero el gran interrogante para muchos analistas es si EE.UU. y Corea del Norte lograrán adoptar en la cumbre una hoja de ruta para llevar a cabo la desnuclearización del hermético país, un objetivo acordado en Singapur y sobre el que hasta ahora no ha habido avances claros.
A cambio de tomar medidas en ese sentido, Pionyang reclama concesiones por parte de Washington, como el alivio de sanciones impuestas por EE.UU. y la ONU como castigo por sus pruebas de armas. Mundo