Teherán, 26 feb (EFE).- La renuncia del ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, que todavía no ha sido aceptada por la Presidencia y a la que se han opuesto hoy numerosos responsables, ha despertado los temores a un viraje de la política exterior de Irán hacia posturas más conservadoras.
Tras el anuncio de su decisión, de la que no ofreció razones pero que parece radicar en las disputas de poder internas, numerosos diplomáticos y funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores comunicaron su intención de dimitir.
Zarif les instó rápidamente a permanecer en sus puestos y cumplir con "sus deberes de defensa del país", en un mensaje en el que también indicó que su renuncia busca devolver al Ministerio de Exteriores su posición legítima en las relaciones internacionales.
Por su parte, 160 diputados firmaron hoy una carta durante una sesión extraordinaria para pedir al presidente iraní, Hasan Rohaní, que rechace la dimisión de Zarif y lo aliente a permanecer en su puesto.
El jefe de la Comisión de Política Exterior y Seguridad Nacional del Parlamento, Heshmatola Falahatpishe, subrayó que Zarif es "la mejor opción" para gestionar la política exterior de Irán, al tiempo que reconoció que el ministro ha presentado "muchas veces su renuncia en el pasado".
En el cargo desde agosto de 2013, fue el principal negociador iraní del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y seis grandes potencias, lo que le granjeó una imagen de político dialogante y eficaz, tanto a nivel interno como externo.
Según fuentes diplomáticas europeas consultadas por Efe, la renuncia del moderado Zarif es "una pérdida importante" de una de las caras más visibles de Irán.
Lo delicado ahora es saber quién le puede sustituir en caso de que se acepte su dimisión, ya que algunos rumores apuntan al conservador Hosein Amir Abdolahian, ex viceministro de Exteriores y ahora asesor del presidente del Parlamento, Ali Lariyaní.
De ser Abdolahian, las fuentes diplomáticas indicaron que supondría "una línea dura" en la política exterior y evidenciaría que Lariyaní, considerado de centro, ha basculado hacia los sectores conservadores.
El enigmático anuncio de anoche de Zarif, realizado en la red social Instagram, donde ha recibido más de 100.000 comentarios, algunos de agradecimiento y otros críticos, también ha alentado diversas teorías sobre los motivos de su renuncia.
"Me disculpo sinceramente por mi incapacidad de continuar en el puesto y por todas las deficiencias durante mi servicio", escribió el jefe de la diplomacia, coincidiendo con la visita del presidente sirio, Bachar al Asad, a Teherán, con el que no se reunió.
Al parecer Zarif no había sido informado de esta visita con antelación, lo que pudo haber fomentado su renuncia al considerar que se ha menospreciado su papel, opinaron las fuentes diplomáticas.
Para el director del Centro de Estudios Iraníes de la Universidad de Londres, Arshin Adib-Moghaddam, "el factor principal de la renuncia radica en las disputas entre las diferentes facciones de Irán".
Adib-Moghaddam, autor del libro "Psycho-nationalism: Global thought, Iranian imaginations", explicó a Efe que la retirada de EEUU del acuerdo nuclear y la reimposición de sanciones "ha dado poder al ala más conservadora del sistema político iraní".
"La política exterior iraní ha sido pragmática incluso bajo los gobiernos conservadores", tranquilizó sin embargo el analista.
Zarif fue en gran medida el artífice de la apertura internacional de Irán con la firma del histórico pacto nuclear, que limita el programa atómico iraní a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales, y que con el abandono de EEUU ha quedado seriamente dañado.
En una entrevista con Efe en noviembre pasado, aseguró que las sanciones estadounidenses "nunca pueden cambiar las políticas" de Irán y que "los iraníes están preparados para asumir algunas dificultades pero no para aceptar la dominación de EEUU".
El resto de firmantes del pacto -Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania- siguen comprometidos con el mismo y tratan de mantener el comercio con Irán pese a las sanciones, aunque por ahora con poco éxito.
De hecho, Zarif denunció hace un par de semanas que "Europa no ha cumplido con sus compromisos" y que Irán ya no espera que su actuación vaya a dar frutos.
Unas palabras duras para alguien caracterizado por su diplomacia de guante blanco y su buena sintonía con los dirigentes occidentales, lo que le ha acarreado críticas de los más conservadores, que mantienen un pulso con el Gobierno moderado de Rohaní. Foto - El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif. EFE/Archivo Mundo