París (EuroEFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, cerraron este miércoles la puerta a toda renegociación del tratado del "brexit" y admitieron un retraso de la fecha de salida del Reino Unido solo "si se justifica por una nueva perspectiva".
En una comparecencia conjunta en París, los líderes de ambos países expresaron su "unidad total" sobre ese asunto y reclamaron a Londres "una visión clara y un proyecto concreto" para la "salida ordenada".
"El acuerdo de retirada no puede ser renegociado. Si los británicos quieren más tiempo podemos examinar una petición de retraso, pero solo si está justificada por nuevas propuestas. Pero no lo haremos si no hay una perspectiva clara sobre cuál es el objetivo que se persigue", indicó el presidente francés.
Para Macron, la situación provocada por el rechazo del Parlamento británico al acuerdo alcanzado entre la primera ministra británica, Theresa May, y la UE no se soluciona con más tiempo, sino con "determinación".
"Los británicos tienen que tomar decisiones y ofrecernos lo que se le debe a los socios, amigos y aliados: una visión clara y un proyecto común para el futuro", indicó.
En el mismo sentido se expresó Merkel, que acudió a París a preparar junto a Macron el Consejo Europeo del 21 y 22 de marzo próximos.
"Si el Reino Unido quiere más tiempo, no nos opondremos, pero sabiendo que el objetivo es encontrar una salida ordenada", indicó la canciller, quien aseguró que ya comunicó su postura a May durante la reciente cumbre de Sharm el Sheij, en Egipto, entre la UE y la Liga Árabe.
Merkel lamentó el rechazo del Parlamento británico el pasado 15 de enero al acuerdo y señaló que seguirán buscando "una buena solución" de salida del Reino Unido.
May abrió ayer, martes, por vez primera la posibilidad de pedir un retraso de la fecha de salida de la UE, prevista para el 29 de marzo próximo. :: euroefe.
Foto - El presidente francés Emmanuel Macron (d) y la canciller alemana Angela Merkel ofrecen una rueda de prensa en el Palacio del Elíseo, en París, Francia, el 27 de marzo de 2019. EFE/ Gonzalo Fuentes