PARÍS/ADÍS ABEBA (Reuters) - Investigadores franceses tenían el jueves en sus manos las cajas negras del avión siniestrado de Ethiopian Airlines, en busca de pistas sobre un desastre que ha inmovilizado a nivel global la flota de aparatos 737 MAX de Boeing y ha dejado a numerosas familias afectadas por el dolor y la ira.
El accidente aéreo del domingo, ocurrido poco después del despegue del vuelo ET 302 de Adís Abeba y que acabó con la vida de 157 personas procedentes de 35 países, es la segunda tragedia similar que implica al nuevo modelo de Boeing en menos de seis meses.
La posible relación entre los accidentes ha sacudido a la industria de la aviación, asustando a los viajeros en todo el mundo y complicando al mayor fabricante mundial de aviones, que deberá demostrar ahora la seguridad de un modelo concebido para ser el estándar de la marca durante décadas.
Familiares de las víctimas abandonaron una reunión con Ethiopian Airlines el jueves, quejándose de falta de transparencia, mientras que otros realizaron un doloroso viaje al lugar del siniestro.
“¡No puedo encontrarte! ¿Dónde estás?”, se preguntaba una mujer etíope vestida con la vestimenta tradicional de luto de su país, con un retrato enmarcado de su hermano entre sus manos en medio del campo calcinado y repleto de restos.
Países de todo el mundo, incluido Estados Unidos, que mostró su reticencia al principio, han dejado en tierra los 371 modelos MAX en operación, aunque las aerolíneas están logrando superar los inconvenientes en general cambiando de aviones.
Hay pedidos cerca de 5.000 unidades más del modelo MAX, con grandes implicaciones financieras para la industria.
INVESTIGACIÓN EN PARÍS
Tras un aparente pulso sobre dónde debería realizarse la investigación del accidente, los datos de vuelo y los grabadores de audio de la cabina llegaron a París y fueron entregadas a la Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil (BEA, por sus siglas en francés).
Un portavoz de la BEA afirmó desconocer el estado de las cajas negras. “Primero intentaremos leer los datos”, comentó, añadiendo que los primeros análisis podría demorarse entre medio día y varias jornadas.
La investigación ganó urgencia después de que la Administración Federal de la Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) ordenó dejar en tierra los 737 MAX refiriéndose a imágenes de satélite y pruebas en la escena del siniestro que mostraron algunas similitudes y “la posibilidad de una causa compartida” con el accidente de octubre en Indonesia, en el que perecieron 189 personas.
Aunque mantiene que sus aviones son seguros, Boeing respaldó la decisión de la FAA. Sus acciones han perdido cerca de un 11 por ciento desde el accidente, restando cerca de 26.000 millones de dólares a su valor de mercado.
No está claro cuánto durará la inmovilización de los aparatos de Boeing.
La FAA indicó el miércoles que la actualización en el software del 737 MAX en la que Boeing ha estado trabajando desde el siniestro del Lion Air en Indonesia tardará meses en completarse.
Las entregas de los aviones más vendidos de Boeing están paralizadas, aunque su producción continúa.
Hombres descargan un estuche que contiene las cajas negras del Boeing 737 MAX 8 de Ethiopian Airlines en la sede de la agencia de investigación de accidentes aéreos BEA de Francia en Le Bourget, al norte de París. 14 de marzo de 2019. REUTERS/Philippe Wojazer