WASHINGTON (AP) — El grupo extremista Estado Islámico sigue siendo una amenaza global pese a que perdió el que fuera un vasto territorio en Siria e Irak, dijeron el jueves funcionarios estadounidenses, y advirtieron que hay una violencia persistente de células subterráneas y un desplazamiento de combatientes a nuevas zonas.
El embajador James Jeffrey, el enviado del Departamento de Estado a la coalición internacional que combate al Estado Islámico, comentó a los reporteros que miles de combatientes de organizaciones extremistas están esparcidos en Siria e Irak, donde las autoridades ven un “nivel de violencia terrorista rural, persistente y resistente” en ese último país.
Las Fuerzas Democráticas Sirias, respaldadas por Estados Unidos, expulsaron a los milicianos del Estado Islámico del último pedazo de su autoproclamado califato hace unos meses. Pero la “marca de ISIS (acrónimo del Estado Islámico) vive en todo el mundo”, señaló Nathan Sales, coordinador de combate al terrorismo en el Departamento de Estado.
“Las ramas y redes de ISIS abarcan el continente africano de este a oeste y de norte a sur”, comentó Sales. “Han aumentado la letalidad de sus ataques, se han expandido a nuevas aéreas, y han atacado en repetidas ocasiones los intereses de Estados Unidos”.
Sales dijo también que Washington está exhortando a los países a repatriar y enjuiciar a los miles de combatientes extranjeros que acudieron a Irak y Siria para unirse al grupo extremista.
“En toda la coalición, necesitamos enjuiciar a los líderes, combatientes, financiadores y facilitadores de ISIS por los crímenes que han cometido”, apuntó Sales.
“Eso incluye desarrollar la capacidad para aplicar la ley de los Estados socios que tienen la voluntad de actuar, pero que podrían carecer de los recursos o experiencia para hacerlo. Eso también significa repatriar y enjuiciar a los combatientes terroristas extranjeros”, agregó. EEUU