Múnich (Alemania), 15 feb (EFE).- Las diferencias que existen actualmente en política exterior y de seguridad entre EEUU y la UE se hicieron hoy patentes, en el segundo día de la conferencia de seguridad de Múnich, al margen de los desafíos comunes que tienen los aliados occidentales.
Destacaron en la capital bávara las intervenciones del presidente de Francia, Emmanuel Macron (Foto-EFE), y del secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo quien en cierto modo cuestionó todo el lema bajo el que se desarrolla la conferencia que sugiere una crisis de Occidente.
Pompeo dijo que en los últimos años se ha encontrado con declaraciones de líderes de países democráticos que dudan del compromiso de EEUU con el multilateralismo y con la OTAN e incluso con la idea misma de una comunidad internacional.
"La última declaración la oí en esta conferencia y sostenía que EEUU no cree en la comunidad internacional", dijo Pompeo, aludiendo al discurso inaugural del presidente alemán Frank Walter Steinmeier, a quien sin embargo no mencionó.
"Todas esas declaraciones no son un reflejo de la realidad. Hablar de la muerte de la alianza transatlántica es una exageración", dijo Pompeo.
Pompeo también negó que se pueda hablar de una crisis de Occidente y dijo que mientras que hay gente que arriesga su vida para llegar a Europa nadie hace lo mismo para llegar a Cuba o a Irán y que la gente sueña "con estudiar en Cambridge y no en Caracas".
"Occidente va ganando", dijo Pompeo ante un auditorio que mostró una reacción más bien escéptica.
Macron, en su intervención posterior a la de Pompeo, insistió en la necesidad de una Europa más independiente frente a EEUU, pese a la importancia de la alianza transatlántica.
"Frente al mediterráneo necesitamos una política europea, no transatlántica, frente a Rusia necesitamos una política europea y no sólo transatlántica", dijo el mandatario galo.
Para la ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, según dijo en un encuentro con un grupo de periodistas, "la pregunta de esta conferencia, acerca de si Occidente está perdiendo influencia, casi que invita a la respuesta que ha dado la delegación americana que ha dicho no, que al contrario, que Occidente va ganando".
Sin embargo, González Laya dijo que ha percibido en esta conferencia tres posturas distintas y que no sabe cual se va a imponer.
Son la postura de EEUU, que resalta la soberanía y la libertad; la postura china y rusa, que se centra en la soberanía, y la postura europea que quiere libertad y soberanía pero soberanía compartida.
Las diferencias entre la UE y Europa se muestran en la actitud ante los desafíos que representan Rusia y China.
La delegación americana, en especial el secretario de Defensa Mark Esper, insistieron hoy en el riesgo que representa que el consorcio chino Huawei tenga un papel importante en la infraestructura 5G en Europa y dijo que China utiliza la empresa como una especia de caballo de Troya.
La construcción del Nordstream II, el gasoducto entre Rusia y Europa, también divide a los socios, lo mismo que la actitud ante la crisis nuclear iraní.
No obstante, se mantienen objetivos comunes, como la búsqueda de la paz en Afganistán la que se refirieron hoy tanto Pompeo como el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, o la lucha contra la organización terrorista Estado Islámico.
Al margen de los actos que trascienden a público, la conferencia de Múnich ha sido una plataforma para diversos encuentros bilaterales. Según los veteranos de la conferencia, muchos aprovechan estos días para hablar reservadamente con aquellos con quienes no podrían hablar de cara al público.
El desfile de jefes de Estado y de Gobierno, desde Macron hasta el presidente de Kazajistán, Kassim-Yoman Tokayev, pasando por el primer ministro canadiense Justin Trudeu habría posibilidades de muchas reuniones informales.
La jornada de hoy rebasó los temas que pueden considerarse estrictamente de seguridad y se abordaron problemas como el coronavirus o lo que la revolución digital representa para el mundo.
Con respecto a esto último, González Laya apeló a que no se tratará el tema digital sólo desde la perspectiva de seguridad sino dentro de un conjunto más complejo que incluye temas fiscales y de equidad.
"No podemos permitir que todo el peso impositivo recaiga sobre el sector analógico y sobre los ciudadanos. El sector digital también tiene que hacer su aporte", consideró. Mundo