Raúl Castro aligeró los ánimos en la Cumbre de las Américas con un chiste irónico sobre la ausencia de Cuba de todos los encuentros del foro. Castro señaló que se suponía que los discursos de los presidentes en la plenaria deberían durar alrededor de ocho minutos. Dijo que se esforzó con su canciller para reducir su duración a ocho minutos, pero pidió una dispensa especial para hablar por más tiempo.
"Como me deben seis cumbres que me excluyeron, seis por ocho, 48 y le pedí permiso al presidente Varela, antes de entrar a este magnífico salón, para que me cedieran unos minutos más".
Al final, su discurso fue de 49 minutos, uno más de lo que dijo, y cuando culminó su intervención, Varela, mandatario de Panamá que preside la Cumbre, que la intervención de Castro merecía más tiempo por "justicia histórica".
La broma de Castro relajó los ánimos después que el presidente estadounidense, Barack Obama, respondiera duramente las críticas del presidente de Ecuador, Rafael Correa, que habló de la política exterior de Estados Unidos en la región.
Durante su participación el mandatario cubano ofreció efusivos elogios al presidente Barack Obama por su decisión de restablecer los lazos diplomáticos con el gobierno comunista de la isla, pese a que tiene quejas que datan de más de un siglo en contra de Estados Unidos.
Raúl Castro declara a Obama no responsable de las que llamó históricas agresiones estadounidenses contra Cuba.
En su discurso en la Cumbre de las Américas, agradeció a Obama por su histórica decisión de buscar superar el pasado, lo que empieza, dijo, con retirar a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
Castro se refirió a los modestos orígenes de Obama, lo que generó aplausos del foro,, y dijo que ese origen humilde fue la raíz de la decisión de pasar la página e iniciar relaciones con su enemigo de la Guerra Fría.