CIUDAD DE PANAMÁ (Reuters) - Los presidentes de Estados Unidos y de Cuba protagonizarán el sábado un histórico encuentro en la Cumbre de las Américas en Panamá, después de un simbólico apretón de manos la noche anterior que comenzó a deshelar un conflicto de más de medio siglo entre las viejas naciones enemigas.
La inédita reunión entre los adversarios de la Guerra Fría es apenas un primer paso hacia la normalización de las relaciones, un plan que incluye la reapertura de embajadas, retirar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo y el levantamiento de un embargo sobre la isla.
Más de 2.000 periodistas de todo el mundo acudieron a la cita en Panamá que por primera vez congrega a todos los países del continente, lo que ha generado muchas esperanzas de que el encuentro abra un nuevo capítulo en las relaciones regionales.
"Que Cuba esté aquí es el mayor logro de América Latina y el Caribe. Yo diría que es el mayor legado de Hugo Chávez (...) el primero que dijo que Cuba no podía ser más excluida", dijo el viernes por la noche el presidente venezolano, Nicolás Maduro, uno de los mayores aliados del gobierno cubano.
"Cuando se sentó Raúl en esa silla que le pertenece a Cuba, allí se sentó 60 años de revolución", enfatizó en breves declaraciones al canal de televisión Telesur.
Obama y Castro sorprendieron al mundo el 17 de diciembre al anunciar su intención de recomponer sus lazos diplomáticos, rotos desde 1961, dos años después del triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro, quien gobernó la isla hasta el 2008.
El saludo de los dos presidentes fue celebrado por muchos La Habana y los medios estatales cubanos lo destacaron en sus ediciones y titulares, pero la cautela flotaba de todos modos en el aire.
"Entre Estados Unidos y Cuba no habrá una plena confianza total hasta que no levanten el bloqueo y nos saquen de lista de países terroristas", dijo en la capital cubana Pedro Hernández, un trabajador del sector turismo.
Obama podría anunciar durante la cumbre la eliminación de Cuba de la polémica lista y tomar otras acciones ejecutivas para fortalecer el acercamiento con la isla de gobierno comunista. Pero el levantamiento del embargo está en manos del Congreso dominado por sus opositores republicanos.
"Se estén abriendo más puentes. El encuentro es más que una foto. Podríamos decir que esta es la Cumbre de la reconciliación y ha creado muchas expectativas, aunque el camino no va a ser fácil", dijo la cubana Milagros González, una maestra de educación media.
A pesar de todo, la tensión entre Venezuela y Estados Unidos sigue proyectando sombras sobre el centenario sueño de una América unida e integrada, pese a que ambos países bajaron ligeramente el tono de su encendida retórica en la antesala de la cumbre.
Maduro exige a Washington que derogue un controvertido decreto que califica a su país como una amenaza para la seguridad estadounidense.
La Casa Blanca ha explicado que la medida es un requisito legal necesario para imponer sanciones sobre siete funcionarios venezolanos acusados de violar los derechos humanos en las violentas protestas que sacudieron a la nación caribeña el año pasado.
El Papa Francisco, en un mensaje leído por uno de sus representantes en Panamá en la inauguración de la cumbre, llamó a "generar un nuevo orden de paz y de justicia y a promover la solidaridad y la colaboración respetando la justa autonomía de cada nación".