La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, y su homóloga británica, Theresa May, coincidieron este miércoles en que Reino Unido necesita tiempo para notificar su salida de la Unión Europea, una etapa que no tendrá lugar en 2016.
Reino Unido llevó a cabo, sin embargo, un primer paso para separarse del bloque, al renunciar a la presidencia rotativa del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2017, cuya organización asumirá finalmente Estonia.
La visita de la primera ministra británica a Alemania, la primera a un socio de la UE desde que asumiera el cargo, fue productiva de cara a las futuras negociaciones, máxime cuando la canciller alemana se mostró comprensiva respecto al calendario.
"Es en el interés de todos que Reino Unido pida esta salida cuando tenga una posición de negociación bien definida", dijo Merkel en una rueda de prensa en Berlín tras reunirse con May.
Para la canciller alemana, "una buena preparación es importante", por lo que esperarán a que Londres decida notificar su marcha de la UE, tal y como acordaron los británicos en un referéndum el pasado 23 de junio.
May reafirmó que su país no pedirá oficialmente abandonar la Unión Europea "antes del fin" de 2016, con el objetivo de preparar "una marcha ordenada y prudente".
Londres mantiene así el control del calendario para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que estipula la cláusula de retirada de la UE.
Una vez notificada la voluntad de marcharse, las negociaciones tienen inicialmente un plazo de dos años, lo que implicaría una eventual salida de Reino Unido en 2019.
- París y Berlín, 'divididos' -
La flexibilidad mostrada por Merkel está acorde con los intereses de la principal potencia económica europea, dado que Alemania destina el 8% de sus exportaciones al Reino Unido, donde están implantadas numerosas empresas germanas.
Tras reunirse con Merkel, el presidente francés, François Hollande, recibirá el jueves a May, con quien abordará "la lucha contra el terrorismo (...), la puesta en marcha del Brexit" y asuntos de interés bilateral, indicó la presidencia francesa.
Para Nina Schick, del círculo de reflexión Open Europe, "París y Berlín se muestran muy divididos sobre lo que debe ser el futuro de la UE".
Y la "buena voluntad política [de Merkel] podría agotarse si el Reino Unido tarda demasiado en pedir la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa", previsto para casos de ruptura, agregó.
Otro de los puntos conflictivos en las negociaciones sobre el Brexit podría ser la libertad de los ciudadanos de la UE para instalarse y trabajar en Reino Unido.
La primera ministra británica reafirmó su intención de obtener "el buen compromiso sobre [el mercado] de bienes y servicios", que junto al de capitales y personas constituyen la base del mercado interior europeo.
Merkel advirtió, sin embargo, que Londres no puede mantener su acceso a este mercado, si restringe la libertad de los ciudadanos de la UE de emigrar a territorio británico.
- Londres renuncia a presidencia semestral -
Aunque Londres no iniciará formalmente las negociaciones sobre el Brexit antes de 2017, el país empezó a tomar distancia con el bloque, al renunciar a la presidencia rotativa del Consejo de la UE durante el segundo semestre de 2017.
Los representantes de los 28 países del bloque acordaron que Estonia adelantara su turno para reemplazar a Reino Unido al frente el Consejo de la UE, integrado por los ministros de los países miembros, indicó un portavoz europeo.
May le comunicó el martes la decisión al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la primera conversación telefónica entre ambos desde que la jefa de gobierno conservador reemplazara la semana pasada en el cargo a David Cameron.
Según un portavoz de Downing Street, la primer ministra justificó la renuncia de Reino Unido en que, en ese momento, deberían "estar dando prioridad a las negociaciones para dejar la Unión Europea".
En la charla con Tusk, May reiteró que esperaba que las negociaciones de separación, después de 43 años de pertenencia de su país al bloque, se lleven a cabo con "un espíritu pragmático y constructivo", aunque destacó la necesidad de actuar sin precipitación.