La Habana, 21 de septiembre, 2016 (AP). Hasta la semana pasada los cubanos miraban distantes la carrera presidencial en Estados Unidos. Después de todo, y con algunos matices, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump habían coincidido en darle continuidad al deshielo binacional.
La situación, sin embargo, comenzó a cambiar el fin de semana. De visita en Miami, Trump se desdijo y amenazó con deshacer el acercamiento entre Washington y La Habana a menos que el presidente Raúl Castro cumpla una serie de demandas, incluida la liberación de presos políticos.
El giro en la posición del republicano generó preocupación, a la par que puso sobre el tapete la fragilidad de la nueva relación que se busca construir entre los dos países, y que por ahora incluye una serie de medidas ejecutivas del presidente Barack Obama, quien no pudo convencer al Congreso de avanzar en el levantamiento de las leyes del embargo.
"No pienso que (Trump) vaya a tomar una decisión tan drástica. ¿O sí?", se preguntó con asombro Bernardo Toledo, un jubilado de 72 años que fue consultado por AP sobre la posibilidad de que el republicano derogue las medidas de deshielo. "Sería una desgracia".
En Miami, Trump aseguró el viernes que dedicará su mandato a luchar contra la "opresión" comunista y a favor de una apertura política en Cuba, mientras advirtió que revertiría las órdenes ejecutivas de Obama, "a menos que el régimen de los Castro escuche nuestras demandas".
Por ser medidas ejecutivas, que no necesitan autorización del Congreso, el próximo mandatario puede revertirlas al gusto.
De una docena de personas consultadas en calles del centro de la Habana, por lo menos la mitad había oído o leído sobre los comentarios de magnate republicano. Pero incluso los que no, se mostraron contrarios a regresar a los tiempos de una hostilidad abierta entre ambas naciones.
"Nosotros queremos estar en paz, ¿él (Trump) no piensa en las familias? Imagínese cómo pondría algo así a todo el mundo, preocupado", dijo la farmacéutica Heidi Picot, para quien además es inadmisible que el magnate intente condicionar a Cuba. "¿A quién le gusta que vayan a su casa a mandar? Respeta para que te respeten".
Dos millones de personas de origen cubano residen en Estados Unidos y muchas de las familias tienen miembros en uno y otro lado del Estrecho de La Florida. El restablecimiento de relaciones diplomáticas anunciado el 17 de diciembre de 2014 es apreciado en general por la gente como un adelanto de lo que podría ser un nexo más fluido también entre parientes.
Otro aspecto recurrente en las consideraciones de los ciudadanos en la isla fue el impacto económico que podría implicar el revertir el acercamiento, sobre todo con la crisis de dos de sus más fuertes aliados políticos en la región Venezuela --el primer socio comercial y su principal abastecedor de crudo-- y Brasil --una de las fuentes más importantes de contratación de servicios profesionales cubanos.
El turismo, uno de los principales motores económicos de la isla por ejemplo, se incrementó tras el deshielo.
Por lo pronto, Clinton mantiene una ventaja electoral sobre Trump para los comicios que se realizarán en noviembre próximo y a diferencia del segundo la demócrata apoya continuar con la política de Obama que reabrió la embajada en la isla, reinstaló los vuelos comerciales directos, retiró a la isla de la lista de patrocinadores del terrorismo y generó iniciativas para encuentros de cooperación en materia de seguridad o finanzas, entre otros.
Obama dio un histórico cambio en la política de hostilidad de Estados Unidos contra Cuba al anunciar el inicio de un proceso de normalización, interrumpido en los años 60 cuando la revolución en la nación caribeña se radicalizó y Washington impuso sanciones para presionar un cambio de modelo político.
"No creo que para Trump sea muy fácil revertir algunas cosas. ¿Romper relaciones diplomáticas? ¿Poner a Cuba otra vez en la lista de estados terroristas? Esas son cosas casi imposibles", aseguró a la AP el ex diplomático y académico Carlos Alzugaray.
"El gobierno cubano está dando todos los pasos para favorecer que las relaciones económicas se sigan ampliando...Y creo que el estadounidense también ha sido inteligente en hacer avanzar la agenda", expresó Alzugaray. "Pero el embargo es como el elefante dentro del cuarto, que no deja que la gente se mueva. El elefante está siendo empujado para afuera del cuarto, pero muy lentamente".
Sin hacer mención explícita a Trump, el gobernante Raúl Castro señaló el fin de semana que Cuba mantendrá su demanda del fin del embargo y la devolución de la Base Naval de Guantánamo y aseguró que la isla no está dispuesta "a renunciar a uno solo de sus principios, ni a realizar concesiones inherentes a su soberanía e independencia".
En cambio, columnistas de medios de prensa oficiales tuvieron una reacción aireada con nombre y apellido.
"El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, aprovechó su visita a Miami para atacar a Cuba", escribió en la página de internet de Radio Reloj, el editorialista Nicanor León Cotayo. "¿Cuál fue su escenario? Donde hace más de 50 años se albergan pandillas ultraderechistas enemigas".
En las calles de la isla algunos no ocultan su inquietud.
"Se había abierto la puerta para mejorar las relaciones y no es bueno que eso se eche para atrás. Es también una vía para adelantar la economía, para que sea más variada", comentó Yenitsia Arango, una enfermera de 34 años.