RÍO DE JANEIRO (AP) -- El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva debe ser juzgado por acusaciones de lavado de dinero y corrupción, dijo el martes un juez.
El magistrado Sergio Moro indicó que hay suficiente evidencia para iniciar un proceso judicial contra Lula, su esposa y otras seis personas en una pesquisa por corrupción centrada en la enorme compañía petrolera estatal de la nación, Petrobras.
Los fiscales han dicho que Lula era el "comandante máximo" del escándalo de sobornos al interior de Petrobras que ha sacudido a Brasil. Afirman que se pagaron miles de millones de dólares en sobornos para la obtención de contratos de la empresa petrolera con costos inflados.
La decisión del juez era esperada después que los fiscales acusaron a Lula la semana pasada.
Lula calificó el martes las acusación es como "una farsa, una gran mentira y un enorme espectáculo".
Al explicar su decisión, el juez Moro dijo que Lula y otros se beneficiaron de renovaciones a un edificio de apartamentos frente al mar en la ciudad de Guaruja, en el estado de Sao Paulo. Las mejoras fueron realizadas por la compañía constructora OAS, que es una de las involucradas en la red de sobornos en Petrobras.
Moro señaló que los fiscales creen que el ex presidente recibió 1,15 millones de dólares en sobornos de OAS por la otorgación de contratos relacionados a refinerías.
"Los hechos y evidencia son suficientes para mí para aceptar la acusación", dijo el juez en un documento enviado a la prensa. "Luiz Inácio Lula da Silva presuntamente recibió beneficios de Group OAS. Según la acusación, él tenía conocimiento de sus orígenes en la red delictiva que dañó Petrobras".
El magistrado Moro dio a Lula y a los otros acusados 10 días para presentar su defensa en la corte.
Lula, quien fue un presidente sumamente popular en el período 2003-2010, ha sido implicado desde hace mucho tiempo en la investigación conocida como "Autolavado". Pero la semana pasada, los fiscales elevaron el nivel de su presunta participación en la red de sobornos que se remonta a más de una década, y lo llamaron "comandante supremo".
En un mensaje subido al canal de YouTube de los sindicatos brasileños de trabajadores de las industrias metalúrgica y bancaria, Lula acusó a los investigadores de presionar a otros sospechosos en el caso para que lo implicaran a cambio de libertad. Muchos de los implicados han llegado a acuerdos con la fiscalía para declararse culpables a cambio de sentencias reducidas.
"Yo tengo una conciencia limpia. Si tienen una sola prueba contra mí -una, no estoy pidiendo dos- quiero ser juzgado como cualquier otro ciudadano brasileño", dijo el ex mandatario.
La semana pasada, Lula admitió que visitó el penthouse citado en la acusación, pero que nunca fue propietario de éste.
Dijo que los fiscales están tratando de socavar sus posibilidades de regresar a la política. Aunque su partido, el de los Trabajadores, ha perdido mucho apoyo en años recientes entre escándalos de corrupción, Lula continúa siendo un popular posible contendiente para la competencia presidencial a realizarse en 2018.
La investigación de Petrobras inició hace más de dos años y ha conducido al encarcelamiento de decenas de empresarios y políticos de alto rango. Pero la decisión tomada el martes por el juez está llevando el caso a un nuevo nivel, señalaron analistas.
"Moro ha mostrado que la investigación sólo desaparecerá cuando Lula esté tras las rejas", dijo Rafael de Paula Aguiar Araujo, un profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Católica Pontificia de Sao Paulo.
A Lula se le ordenó antes someterse a juicio por cargos de obstrucción de la justicia en otro caso relacionado a Petrobras. News from The Associated Press