LONDRES (Reuters) - El ex primer ministro británico Tony Blair instó a los votantes, empresarios y a quienes hicieron campaña por el "Brexit", a unirse y apoyar un esfuerzo coordinado para suavizar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, o incluso cancelar la decisión, afirmando que representa una amenaza para el país.
En su primera gran intervención política desde el referendo de junio de 2016, Blair emitió un llamado a los opositores del "Brexit" y dijo que había poca claridad respecto a qué significó el voto cuando tuvo lugar y que el Gobierno estaba empecinado en el "'Brexit' a cualquier costo".
"La gente votó sin conocimiento de los términos del 'Brexit'. En la medida en que estos términos se vuelvan claros, están en su derecho de cambiar de opinión. Nuestra misión es persuadirlos a hacerlo", comentó en un discurso al grupo proeuropeo Open Britain.
"Este no es momento para retroceder, estar indiferente o desesperarse; sino el momento de manifestarse en defensa de lo que creemos", comentó.
La primera ministra, Theresa May, prometió invocar el Artículo 50 y comenzar el proceso de salida de la Unión Europea el mes próximo, y ha dicho que contempla un quiebre limpio del bloque, incluyendo la salida del mercado común. También ha advertido a políticos en contra de obstaculizar el proceso.
Blair criticó a May y a otros miembros del Gobierno que respaldaron la opción de "permanecer" en la Unión Europea por prometer sacar a Reino Unido del mercado común por motivos políticos, incluso después de ofrecer una férrea defensa de sus méritos.
"No están conduciendo este autobús. Están siendo conducidos", sostuvo.
Blair, que ganó tres elecciones para el opositor Partido Laborista, sigue siendo una voz fuerte en la política británica y ha intentado realizar intervenciones selectivas en los últimos años. La primera, para advertir a los votantes de no elegir al líder laborista de izquierda dura Jeremy Corbyn y luego para disuadir a los votantes de respaldar al "Brexit".
No tuvo éxito en ninguna de esas ocasiones.
Su reputación entre el público británico sigue mancillada por la guerra en Irak, un tema del que volvió a hablarse el año pasado cuando una esperada investigación fue crítica de su papel en la decisión de sumarse a la invasión liderada por Estados Unidos en 2003. Reuters